Una manifestación contra la inmigración en La Haya, Países Bajos, se tornó violenta este sábado, resultando en enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas policiales. Aproximadamente 1,500 personas se agruparon para expresar su descontento con las políticas de asilo del gobierno, lanzando piedras y botellas, lo que llevó a la policía a intervenir.
Las autoridades utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los inconformes, quienes incendiaron un vehículo oficial durante los disturbios. Esta situación se desarrolló en la zona de Malieveld, un área conocida por ser un punto de concentración de manifestaciones en la ciudad.
Durante los enfrentamientos, los manifestantes también atacaron la sede del partido socialdemócrata D66, rompiendo varias ventanas. Rob Jetten, dirigente del partido, denunció en la red social X (anteriormente Twitter) que “no se toca a los partidos políticos” y que “si creen que pueden intimidarnos, están muy equivocados”. Las oficinas del partido estaban desocupadas en el momento del ataque, según confirmaron autoridades.
La policía neerlandesa detuvo a varias personas, aunque no se proporcionó una cifra exacta de arrestos. Los incidentes reflejan las crecientes tensiones en Países Bajos en torno al debate sobre migración y asilo, un tema que ha dominado la agenda política en los últimos meses.