El papa León XIV manifestó su profundo dolor por las víctimas y desaparecidos a causa de los tifones en Asia, donde más de 30 personas han perdido la vida en los últimos días. Durante el rezo del A Ángelus, el pontífice mostró su apoyo a las comunidades afectadas en Filipinas, Taiwán, Hong Kong, Guangdong y Vietnam, enfatizando la gravedad de la situación para los más vulnerables.
“Estoy cerca de las poblaciones afectadas, especialmente las más pobres, y rezo por las víctimas, los desaparecidos, las numerosas familias desplazadas y por los valientes socorristas y autoridades civiles”, declaró el papa ante miles de feligreses reunidos en la plaza de San Pedro.
El super tifón Ragasa causó estragos en varias regiones asiáticas, resultando en inundaciones y daños significativos, especialmente en el sur de China, tras dejar un saldo de 17 muertos en Taiwán y severos destrozos en Hong Kong. Además, el tifón Bualoi impactó la costa oriental de Filipinas, provocando al menos 14 muertes y forzando la evacuación de más de 350,000 personas, según datos del Consejo para la Gestión de Desastres del archipiélago.
El papa instó a la comunidad a confiar en Dios y en la solidaridad, deseando que el Señor otorgue fortaleza y coraje para superar las adversidades. “Invito a todos a confiar en Dios y a la solidaridad”, expresó el pontífice.
En el marco del Jubileo de los Catequistas, el papa también reflexionó sobre la miseria que enfrentan pueblos enteros, azotados por la guerra y la explotación, y lamentó que esta realidad se encuentre “a las puertas de la opulencia”. Afirmó que “el beneficio a veces pisotea la caridad” y remarcó que muchos “Lázaros” mueren por la avaricia que ignora la justicia.
Durante su homilía, celebrada en la Plaza de San Pedro ante más de 35,000 fieles, el papa León XIV destacó que la avaricia y la indiferencia siguen siendo tentaciones relevantes hoy en día. Recordó que “los muchos Lázaros de hoy” nos recuerdan la enseñanza de Jesús, convirtiéndose en una “catequesis aún más eficaz” durante este tiempo de conversión y búsqueda de paz.
El papa se dirigió de manera especial a los catequistas presentes en Roma, alentándolos a proseguir con su importante labor de formación en la fe. “El Catecismo es el “instrumento de viaje” que nos protege del individualismo y las discordias”, afirmó. Durante la misa dominical, se instituyeron 39 nuevos catequistas laicos de diferentes países, a quienes el papa entregó una cruz como símbolo de su compromiso.