El Gobierno de Estados Unidos ha lanzado una contundente advertencia al mundo del narcotráfico al ofrecer una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que conduzca a la captura de Juan José Ponce Félix, conocido como El Ruso. Este individuo es un alto mando del Cártel de Sinaloa, que ha sido designado por Washington como un grupo terrorista debido a su impacto en la crisis de drogas que azota a Estados Unidos.
El perfil del fugitivo
Según el FBI, El Ruso, cuyo nombre también se ha relacionado con Jesús Alexandro Sánchez Félix, comanda a Los Rusos, el brazo armado de La Mayiza, una facción del Cártel de Sinaloa. En la última década, ha sido señalado en múltiples ocasiones por cargos que van desde el crimen organizado hasta el tráfico de drogas y lavado de dinero en los distritos Central y Sur de California.
Se ha señalado que La Mayiza está involucrada en la producción y el tráfico de sustancias como el fentanilo, la cocaína, la heroína y la metanfetamina, que llegan a Estados Unidos desde el noroeste de México. Este punto es crucial, ya que la crisis del fentanilo ha cobrado miles de vidas en el país vecino y ha motivado una respuesta agresiva del Gobierno estadounidense.
La estrategia del Gobierno de Trump
La administración de Donald Trump ha intensificado su lucha contra el narcotráfico en Latinoamérica con el objetivo de frenar esta crisis de salud pública. Además de ofrecer recompensas por figuras clave como El Ruso, ha clasificado a importantes carteles mexicanos y a la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) como organizaciones terroristas. En un movimiento paralelo, Washington ha ofrecido una recompensa de hasta 50 millones de dólares por la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien se le acusa de liderar el llamado Cártel de los Soles.
Esta ofensiva no solo busca desmantelar redes de narcotráfico, sino también enviar un mensaje claro sobre la determinación estadounidense de combatir el tráfico de drogas en la región, especialmente en un contexto donde se han desplegado fuerzas militares en el Caribe, cerca de Venezuela.
La oferta de recompensa es parte del Programa de Recompensas por Narcóticos (NRP), administrado por el Departamento de Estado, que busca incentivar la colaboración de la ciudadanía para desmantelar organizaciones criminales de gran escala.
Sin duda, la situación es un reflejo de la complejidad del tráfico de drogas en la región y las implicaciones que tiene no solo para Estados Unidos, sino también para México y toda Latinoamérica, donde la lucha contra el narcotráfico continúa siendo un desafío monumental.
