La flotilla de ayuda humanitaria que se dirige a Gaza ha llegado a una “zona de riesgo”, donde enfrenta la posibilidad de un ataque por parte de las fuerzas israelíes. A pesar de las advertencias de las escoltas militares de España e Italia, los organizadores de la misión han decidido proseguir su trayecto hacia la Franja de Gaza. Este miércoles, la flotilla se encontraba frente a las costas de Egipto después de enfrentar una noche de “maniobras de intimidación” por parte de buques militares israelíes.
Desde su salida de Barcelona el 31 de agosto, la misión ha sufrido diversas dificultades, incluyendo fallos técnicos y la presencia de drones que han sobrevolado las embarcaciones. A medida que se acerca al final de su travesía, el objetivo de la flotilla sigue siendo “romper el bloqueo israelí” y “abrir un corredor humanitario” para los habitantes de Gaza.
El grupo ha contado con el respaldo de un barco español y otros dos italianos, los cuales han optado por distanciarse tras llegar a la zona de riesgo, sugiriendo a los activistas que abandonen la misión por razones de seguridad. El buque de la Armada española, Furor, llegó recientemente a la área, aunque se mantendrá a una distancia segura de entre 12 y 24 millas de la flotilla.
La embarcación principal, El Familia, que transporta a figuras como Ada Colau, se vio obligada a retirar su participación debido a una avería técnica. La exalcaldesa de Barcelona y otros miembros de la dirección de la misión han sido reubicados en otras embarcaciones. A medida que se intensifican las tensiones, hay preocupaciones sobre el papel que desempeñarán los barcos militares en caso de que se produzcan ataques similares a los ocurridos el 7 de septiembre, cuando dos embarcaciones fueron atacadas en el puerto de Túnez.
La Global Sumud Flotilla ha advertido que es probable que Israel intensifique sus ataques en las próximas 48 horas, utilizando armamento que podría dañar gravemente a las embarcaciones y poner en peligro a los participantes. En respuesta a las preocupaciones de seguridad, el director general del Ministerio de Exteriores de Israel, Eden Bar Tal, ha declarado que no tienen problemas con la presencia de barcos de apoyo, afirmando que la marina israelí se compromete a proteger la seguridad de los pasajeros.
El gobierno israelí ha instado a las embarcaciones a descargar la ayuda en otros países, como Grecia o Chipre, mientras la crisis humanitaria en Gaza se agudiza. El contexto histórico de estas flotillas no es nuevo; en 2010, el barco turco Mavi Marmara fue asaltado por comandos israelíes, resultado en la muerte de diez personas y provocando una crisis diplomática significativa entre Turquía e Israel.
La situación actual marca un punto crítico en la misión de la flotilla, que ha llegado a ser calificada por algunos líderes israelíes como una “flotilla de Hamas”. En este clima de creciente tensión, las declaraciones de las autoridades de España e Italia sugieren una intención de evitar confrontaciones, priorizando la seguridad de los involucrados y la entrega de ayuda a Gaza.