La flotilla humanitaria Sumud Global se encuentra actualmente a unas 280 millas de Gaza y a 100 millas de una “zona de riesgo”, en aguas internacionales. Dos portavozas italianas de la misión han advertido que el Ejército israelí podría interceptarles, tal como ocurrió con los barcos “Madeleine” y “Handala” en un intento previo en julio.
Giorgina Levi y Simona Moscarelli, integrantes de la flotilla, afirmaron en un evento organizado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma: “Si nos atacan, pararemos. No comprendemos por qué nos dicen que paremos, ya que no hemos violado la ley internacional y Israel actúa con total impunidad”.
A pesar de los intentos de comunicación con la tripulación, no se logró establecer una conexión en video durante el evento. Las activistas señalaron que la situación es muy tensa, especialmente porque se están acercando a la zona de posible bloqueo. Según ellas, esta área de riesgo no debería encontrarse dentro de las 12 millas que corresponde a la soberanía de los Estados según el derecho internacional.
En medio de este clima de tensión, algunos barcos de la flotilla han experimentado interferencias en sus frecuencias de radio, lo que las activistas interpretan como un acto de intimidación por parte de Israel. Levi denunció que, antes del ataque de la semana pasada, las fuerzas israelíes habían hecho sonar canciones de Abba, lo que ella califica como una táctica de presión psicológica.
Las activistas también han manifestado que, independientemente de la situación, los tres buques que forman parte de la misión, uno italiano, uno turco y otro español, se detendrán a 120 millas de la costa, como han indicado varios ministros en Italia. Moscarelli pidió que otros países europeos envíen naves a la zona para garantizar la seguridad de las tripulaciones de la Sumud Global.
“Somos una misión pacífica, compuesta por personas no violentas, que solo transportan comida y leche en polvo”, enfatizó Moscarelli, recordando que uno de los objetivos de la misión es abrir un canal humanitario permanente para entregar ayuda a la población de Gaza y ejercer presión sobre los gobiernos europeos para que impongan sanciones a Israel y dejen de proveerle armas.
Las activistas también rechazaron las acusaciones de Israel sobre vínculos de la flotilla con Hamas. Según la información proporcionada, la flota de la misión humanitaria cuenta con alrededor de 300 integrantes, todos civiles y desarmados, representando a más de 50 nacionalidades y con más de 40 embarcaciones.
La situación de la flotilla ha intensificado la política en Italia. A pesar de que el gobierno italiano nunca ha interrumpido sus envíos de armas a Israel y es uno de los pocos en Europa que aún no reconoce a Palestina como Estado, ha comenzado a endurecer su retórica respecto a la guerra de Israel contra la población palestina. El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, afirmó que “el gobierno israelí está llevando el conflicto más allá de todo límite de razonamiento, proporcionalidad y humanidad”, agregando que “las consecuencias las sentiremos incluso aquí”.
La primera ministra, Giorgia Meloni, también coincidió en que Israel ha violado las leyes humanitarias y está causando una matanza de civiles, expresando su apoyo a sanciones europeas contra el país.