Hamás emitió una grave advertencia el 18 de septiembre, afirmando que la incursión terrestre de Israel en la Ciudad de Gaza resultará en la pérdida definitiva de sus rehenes, ya sea con vida o fallecidos. El grupo subrayó que el primer ministro Netanyahu ha dictado una “sentencia de muerte” para aquellos capturados, según un mensaje dirigido al ejército israelí.
En un comunicado redactado en hebreo, Hamás declaró: “Sus prisioneros están distribuidos entre los barrios de la Ciudad de Gaza, y no nos preocuparemos por sus vidas si Netanyahu ha decidido matarlos. El inicio de esta operación criminal y su expansión implica que no recibirán a ningún prisionero, ni vivo ni muerto, y que su destino será el mismo que el de Ron Arad”. Ron Arad fue un agente de la Fuerza Aérea de Israel que desapareció en 1986 en Líbano y se cree que fue capturado por el grupo militar Amal, posteriormente entregado a Hezbollah.
En otro mensaje, Hamás enfatizó que se están preparando para combatir y añadió: “Gaza será un cementerio para sus soldados”. Por su parte, un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguró que “los rehenes siempre están en nuestros pensamientos” y que se esforzarán por evitarles daño, aunque admitieron desconocer la ubicación de los mismos.
Mientras tanto, Estados Unidos ha vuelto a vetar una resolución del Consejo de Seguridad que solicitaba un alto el fuego en Gaza y la liberación inmediata e incondicional de los rehenes. Este es el sexto veto estadounidense relacionado con el conflicto. La enviada especial adjunta de Estados Unidos para Oriente Medio justificó el veto al señalar que el proyecto “no condena a Hamás ni reconoce el derecho de Israel a defenderse”. En respuesta, el embajador de Israel ante la ONU agradeció a Estados Unidos “por mostrar liderazgo y convicción moral” al vetar lo que calificó como una resolución “sesgada”.
El proyecto también pedía la apertura del acceso a la ayuda humanitaria, en un momento en que la invasión terrestre israelí en el norte de la Franja ha obligado a cientos de personas a huir y ha puesto a los hospitales “al borde del colapso”. Hamás declaró que la falta de aprobación de la resolución por parte de Estados Unidos “representa una flagrante complicidad en el genocidio cometido por la ocupación sionista”.
El representante palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, expresó su profunda tristeza y dolor por el bloqueo de la resolución, argumentando que esto impide que el Consejo de Seguridad cumpla con su deber de proteger a los civiles ante el genocidio. Mansour enfatizó que “millones de personas en las calles” exigen al Consejo que actúe bajo el capítulo siete para utilizar cualquier medio necesario para obligar a Israel a detener “el genocidio contra el pueblo palestino”.
Finalmente, Mansour concluyó que, al igual que la humanidad logró poner fin al apartheid, también logrará poner fin a esta ocupación ilegal y que la solución de dos Estados se convertirá en una realidad.































































