Un devastador incendio forestal se mantiene fuera de control en Francia, marcando el mayor desastre de este tipo en el país en los últimos 76 años. Desde el martes, el fuego ha consumido más de 16,000 hectáreas en el macizo de Corbières, cerca de Perpiñán, lo que ha llevado a la declaración de emergencia en la región.
La autopista A9, que conecta con la frontera española en La Jonquera, fue cerrada en ambos sentidos debido a la cercanía de las llamas. Este importante corredor, especialmente transitado durante la temporada de verano por turistas, reabrió parcialmente en la tarde, aunque se recomendó a los conductores limitar sus desplazamientos para facilitar el trabajo de los bomberos.
Los esfuerzos de más de 2,150 bomberos, apoyados por 600 vehículos y 18 medios aéreos, no han logrado contener el avance del fuego, que se ha visto intensificado por un fuerte viento y condiciones de sequía extrema en la zona. En algunos momentos, las llamas alcanzaron velocidades de hasta 6 kilómetros por hora, arrasando mil hectáreas en breves períodos.
El primer ministro francés, François Bayrou, visitó a las fuerzas de emergencia en la localidad de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, donde se declaró que la situación constituye una “catástrofe inédita” tanto por la magnitud del incendio como por la pérdida de vidas. Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de una mujer que se negó a evacuar su hogar y sufrió graves quemaduras. Además, nueve bomberos resultaron heridos, uno de ellos con un traumatismo craneal, aunque su estado es estable.
En su intervención, Bayrou aseguró que el Gobierno proporcionará toda la asistencia estatal necesaria. Sin embargo, destacó que, por el momento, no se ha solicitado ayuda internacional, aunque no se descarta esta posibilidad si la situación se agrava. A partir de este jueves, se incorporarán varias decenas de militares y tres helicópteros del Ejército a las operaciones de extinción.
Las llamas, que han superado los 15 metros de altura en algunos tramos, han generado un perímetro de incendio de aproximadamente 90 kilómetros. La situación se complica por el clima, ya que se prevé un aumento en las temperaturas que podría alcanzar hasta 34 grados en las próximas horas. El viento, que podría cambiar de dirección y disminuir su intensidad, podría ofrecer un respiro a las labores de contención.
La recomendación para los habitantes de la zona es permanecer en sus hogares, ya que el humo del incendio es visible desde muchos kilómetros de distancia. Bayrou también vinculó el avance del fuego al cambio climático y a prácticas agrícolas en la región, que han transformado el paisaje y fomentado la expansión de los incendios.
Mientras tanto, las autoridades locales han tenido que desalojar a los residentes de al menos 25 viviendas y varios campings, que son comunes en esta zona turística. A pesar del difícil panorama, los equipos de emergencia han trabajado incansablemente para contener el fuego y evitar que se propague hacia áreas pobladas.
La situación en el departamento de Aude, uno de los más afectados y que se encuentra en estado de alerta roja por incendios, continúa siendo crítica. Con los esfuerzos de contención aún en curso, la comunidad y los cuerpos de emergencia enfrentan uno de los desafíos más grandes en la historia reciente del país.