Israel celebró el domingo la reimposición de sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra el programa nuclear de Irán, considerando esta medida como “un avance importante” después del colapso de las negociaciones diplomáticas y los ataques realizados por fuerzas israelíes y estadounidenses a las instalaciones nucleares iraníes.
El Ministerio de Exteriores israelí emitió un comunicado en redes sociales afirmando: “A partir de hoy, las sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra Irán regresan de manera oficial. Este es un avance importante en respuesta a las continuas violaciones de Irán, especialmente en lo que respecta a su programa nuclear militar”.
Las sanciones, que entraron en vigor a la medianoche tras ser activadas por potencias occidentales mediante el mecanismo de “snapback” del acuerdo nuclear de 2015, prohíben cualquier transacción relacionada con las actividades nucleares y de misiles balísticos de la República Islámica. Las resoluciones de la ONU, adoptadas entre 2006 y 2010, establecen un marco restrictivo que incluye la prohibición del enriquecimiento de uranio, un embargo de armas, el congelamiento de activos y restricciones de viaje para individuos específicos.
Además, se permiten inspecciones de aeronaves y buques iraníes en aguas internacionales, y se imponen limitaciones bancarias y financieras al país persa. Israel subrayó la importancia de “evitar que Irán tenga armas nucleares”, a pesar de que el país mantiene su propia capacidad nuclear sin un reconocimiento público de poseer armas atómicas. Expertos sugieren que Israel cuenta con al menos 90 ojivas nucleares y suficiente material fisible para producir muchas más, según el Centro para el Control de Armas y la No Proliferación.
La reimposición de estas sanciones pone fin a meses de tensa diplomacia, que intentó reavivar las conversaciones nucleares, interrumpidas en junio debido a los bombardeos de instalaciones nucleares iraníes. En respuesta, Irán condenó firmemente la medida, instando a los países a no reconocer su validez. El Ministerio de Exteriores iraní declaró que “la reactivación de resoluciones anuladas es legalmente infundada e injustificable”, y advirtió que el régimen “defenderá firmemente sus derechos e intereses nacionales”.
El Parlamento iraní se reunió a puerta cerrada para discutir una posible respuesta a las nuevas sanciones. Un intento de Rusia y China por posponer las sanciones hasta abril no logró el apoyo suficiente en el Consejo de Seguridad, lo que llevó a que las medidas entraran en vigor a las 3:30 de la madrugada hora de Teherán.
A pesar de la reimposición, líderes occidentales han enfatizado que los canales de diálogo permanecen abiertos. Kaja Kallas, la principal diplomática de la Unión Europea, señaló que la reimposición de sanciones “no debe ser el fin de la diplomacia” y añadió que “una solución sostenible al problema nuclear iraní solo puede lograrse a través de negociaciones”. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, instó a Irán a “aceptar conversaciones directas, realizadas de buena fe” y pidió a los estados miembros de la ONU que implementen “inmediatamente” las sanciones para “presionar a los líderes de Irán”.
Por su parte, Rusia dejó claro que no acatará las sanciones, considerándolas inválidas. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que las sanciones “expusieron la política occidental de sabotear la búsqueda de soluciones constructivas en el Consejo de Seguridad”.
En Irán, el impacto económico se sintió de inmediato, con el rial cayendo a un mínimo histórico frente al dólar estadounidense en el mercado negro, cotizando alrededor de 1.12 millones por dólar según sitios especializados en el seguimiento de divisas.
