El Ejército israelí ha clasificado a toda la Ciudad de Gaza como una “zona de combate peligrosa”, obligando a la evacuación de su millón de habitantes. Esta decisión, emitida el martes, se enmarca en el contexto de la creciente violencia y tensiones en la región, donde el sufrimiento de los civiles se vuelve cada vez más crítico.
Clasificación de zonas y su impacto humanitario
Según el mapa divulgado por las Fuerzas de Defensa de Israel, la capital gazatí aparece marcada en rojo, indicando que los civiles no están a salvo de los ataques israelíes. El resto de la Franja de Gaza también se encuentra en rojo, a excepción de algunas franjas costeras: una en Deir Al Balah, que está marcada en blanco, y otra en Jan Yunis, catalogada como “zona humanitaria” y pintada de amarillo. Esta última, que abarca unos 43 kilómetros cuadrados, representa aproximadamente el 12% del territorio de Gaza y se ha convertido en el refugio esperado para los desplazados.
Las organizaciones humanitarias advierten que la situación es insostenible, ya que miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, acumulándose en lugares improvisados sin acceso a electricidad ni agua. En el sur, la situación es igualmente precaria: la “zona humanitaria” establecida inicialmente en la franja costera de Mawasi ha resultado en un campamento lleno de desplazados, donde la vida diaria está marcada por la falta de recursos y ataques esporádicos.
La escalada del conflicto y cifras alarmantes
Según un informe reciente de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), aproximadamente el 80% del territorio palestino está bajo órdenes de evacuación o se encuentra militarizado por Israel. Esta estrategia busca desplazar a los habitantes de Gaza hacia el sur, mientras se intensifican los esfuerzos para tomar el control total de la ciudad. A inicios de agosto, el primer ministro Benjamín Netanyahu aprobó un plan para ocupar Gaza, justificando esta ofensiva como una medida necesaria para derrotar a Hamas y liberar a los 48 rehenes que aún se encuentran en la Franja, aunque las autoridades militares han reconocido que la operación podría poner en riesgo la vida de los cautivos.
Hasta ahora, se estima que alrededor de 100,000 palestinos han abandonado la ciudad en anticipación a la ofensiva, aunque la OCHA sitúa esta cifra en unos 40,000. La situación humanitaria se agrava con el paso de los días y el conflicto continúa dejando a su paso un rastro de sufrimiento y desesperación.
La comunidad internacional sigue observando de cerca los acontecimientos en Gaza, mientras las preocupaciones por el bienestar de sus habitantes crecen. La realidad es que la crisis humanitaria en la región se profundiza y los llamados a la paz se vuelven cada vez más urgentes.
