Este domingo 24 de agosto de 2025, la capital de Yemen, Sanaá, fue escenario de devastadores ataques aéreos por parte de Israel, en respuesta a un reciente lanzamiento de misiles por parte de los rebeldes hutíes. Los ataques israelíes impactaron en varias áreas clave, incluyendo un complejo militar y centrales eléctricas, dejando al menos dos muertos y 35 heridos, según informes del Ministerio de Salud controlado por los hutíes.
La situación se intensificó cuando los hutíes, respaldados por Irán, afirmaron haber lanzado un misil de racimo hacia Israel, un hecho marcado como una escalada significativa en el conflicto. Los ataques aéreos israelíes, según el ejército israelí, estaban dirigidos específicamente a instalaciones consideradas vitales para las operaciones militares de los hutíes, incluyendo el palacio presidencial y dos plantas de energía, a las que se les atribuyó un papel crucial en el suministro eléctrico para actividades bélicas.
Impacto en la población y el entorno
Residentes de Sanaá reportaron haber escuchado fuertes explosiones, particularmente cerca de una academia militar y el palacio presidencial. Hussein Mohamed, un vecino, describió el sonido como abrumador: “El ruido de las explosiones fue muy fuerte”, mientras que otro habitante, Ahmed al-Mekhlafy, mencionó que “la casa se sacudió y las ventanas se rompieron”. Las imágenes de las explosiones y el humo que se elevaba sobre la ciudad fueron rápidamente difundidas en redes sociales, mostrando la gravedad de la situación.
La televisión satelital Al-Masirah, vinculada a los hutíes, reportó que uno de los ataques se dirigió a una compañía petrolera, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a la ya tensa situación en la región. La Fuerza Aérea de Israel destacó que más de diez aviones de combate participaron en los bombardeos, lo cual señala una escalada considerable en la intensidad de sus operativos en Yemen.
Contexto del conflicto y reacciones
Desde hace más de 22 meses, los hutíes han estado lanzando misiles y drones hacia Israel, justificando sus ataques como actos de solidaridad con los palestinos en medio de la guerra en Gaza. Nasruddin Amer, subdirector de medios hutíes, aseguró que los recientes ataques no detendrán su ofensiva: “Nuestras operaciones militares en apoyo a Gaza no se detendrán, a menos que se detenga la agresión”, escribió en sus redes sociales.
Estos ataques aéreos son los primeros en impactar Yemen desde hace una semana, cuando Israel atacó infraestructura que creía utilizada por los rebeldes. La tensión se ha intensificado desde que los hutíes lanzaron un misil recién equipado hacia Israel, incluyendo el aeropuerto más grande del país, Ben Gurion, aunque no se reportaron daños significativos en ese ataque.
El uso de municiones de racimo por parte de los hutíes, como se informó recientemente, complica aún más la situación, ya que este tipo de proyectiles tiene un alto potencial destructivo y hace más difícil la intercepción por parte de las fuerzas israelíes. Un oficial anónimo de la Fuerza Aérea de Israel describió este proyectil como una nueva amenaza, señalando que representa un avance tecnológico en las capacidades de los hutíes, respaldados por Irán.
Los ataques en el Mar Rojo han interrumpido el transporte marítimo, afectando el tránsito de bienes por un valor de aproximadamente un billón de dólares cada año. A pesar de un breve alto el fuego en Gaza, los hutíes reanudaron sus ofensivas, lo que ha llevado a un ciclo de represalias que amenaza con escalar aún más la violencia en la región.
La comunidad internacional observa con preocupación la situación en Yemen, que ya enfrenta una grave crisis humanitaria. La escalada entre Israel y los hutíes podría tener repercusiones en la estabilidad de toda la región, dejando a la población civil en una posición vulnerable y en constante peligro.
