En un giro inesperado de la diplomacia, Jared Kushner ha sido fundamental en las recientes negociaciones relacionadas con Gaza. La semana pasada, mientras se encontraba en su mansión en una isla artificial al norte de Miami, se enteró de que Hamas estaba dispuesto a iniciar conversaciones para la liberación de rehenes israelíes.
Kushner, quien cuenta con una sólida formación en el sector inmobiliario de Nueva York, se dirigió rápidamente a la casa de Steve Witkoff, un multimillonario y enviado del presidente Donald Trump para la paz en Medio Oriente. En este contexto, el núcleo de poder diplomático del gobierno de Trump se trasladó temporalmente a Florida, lejos de Washington.
Los dos hombres comenzaron a establecer un centro operativo donde realizaron y recibieron llamadas de las partes implicadas, incluyendo miembros del gabinete israelí. En esos momentos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y Trump habían acordado una propuesta de 20 puntos en busca de un acuerdo de paz, aunque no estaba claro si Hamas aceptaría liberar a los rehenes o renunciar a su control sobre Gaza.
Al acercarse el plazo para la respuesta de Hamas, Trump advirtió sobre la grave situación de los combatientes y las consecuencias de no aceptar el acuerdo. Horas más tarde, Hamas anunció que estaba dispuesto a dialogar sobre la liberación de los rehenes.
En las conversaciones, Kushner aconsejó a los israelíes no centrarse en otras partes del comunicado de Hamas que podrían generar ansiedad. Su enfoque estaba en la posibilidad de que los rehenes regresaran pronto a casa. “Les dijimos a los israelíes que se mostraran positivos”, recordó Kushner en una entrevista.
Finalmente, la oficina de Netanyahu declaró que aceptaría comenzar a implementar la primera fase del plan de paz de Trump. El gobierno israelí aprobó el acuerdo poco después de que Kushner y Witkoff presentaran el trato a su gabinete.
A pesar de la falta de experiencia en diplomacia tradicional, Trump ha confiado en Kushner para impulsar estas negociaciones, dejando de lado a diplomáticos de carrera. Kushner, de 44 años, ha cultivado relaciones en el mundo árabe durante su tiempo como asesor durante el primer mandato de Trump, lo que le ha permitido desempeñar un papel crucial en los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y varias naciones árabes.
Recientemente, Kushner y Witkoff viajaron a Egipto para persuadir a Hamas de desarmarse y liberar a los rehenes. Durante el vuelo, ambos trazaron estrategias sobre cómo asegurar la viabilidad del acuerdo. “Siempre se está negociando”, comentó Kushner, aludiendo a su experiencia en el sector inmobiliario.
El anuncio de un acuerdo entre Israel y Hamas marcó un posible fin a un conflicto que ha dejado un saldo trágico de vidas perdidas. “Jared es un tipo muy inteligente”, afirmó Trump, reconociendo el papel de su yerno en estas negociaciones.
A pesar de recibir elogios de ambos partidos, la participación de Kushner ha suscitado críticas debido a sus vínculos comerciales en la región. La Casa Blanca ha defendido su papel, afirmando que su experiencia es invaluable para lograr un acuerdo de paz que ningún otro gobierno podría haber alcanzado.
La empresa de capital riesgo de Kushner, Affinity Partners, se beneficia de inversores extranjeros, lo que ha generado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés. Sin embargo, la administración ha insistido en que no hay problemas relacionados con sus actividades comerciales en Medio Oriente.
En este contexto, Kushner ha continuado trabajando estrechamente con su suegro y otros asesores clave, y ha comenzado a enfocarse en el futuro de Gaza post-conflicto. “Esto es mucho más de lo que esperaba”, concluyó Kushner, reflexionando sobre su papel en estas negociaciones.
