En medio de una de las peores inundaciones que ha vivido la región montañosa de Texas, dos jóvenes mexicanas, Silvana Garza Valdez y María Paula Zárate, se alzaron como heroínas al rescatar a 20 niñas de un campamento en el que trabajaban como consejeras. El pasado viernes, el desbordamiento del río Guadalupe causó estragos devastadores, dejando al menos 104 personas fallecidas, entre ellas menores de edad.
Ambas jóvenes, de solo 19 años, se encontraban en Camp Mystic, un campamento cristiano privado para niñas, cuando el río se desbordó abruptamente, alcanzando más de ocho metros de altura en apenas 45 minutos. La fuerza de la corriente destruyó cabañas y vehículos, convirtiendo el campamento en uno de los más afectados por el desastre natural.
La valentía en medio del caos
En una entrevista con Foro TV, Silvana y María Paula narraron cómo la emergencia comenzó alrededor de la 1 de la madrugada con intensas lluvias. Para las 3 a.m., el campamento quedó sin electricidad, sumiendo a todos en la oscuridad y el pánico. En ese momento crítico, las jóvenes tomaron el liderazgo y guiaron a las niñas hacia zonas más altas para protegerlas del peligro inminente.
Como precaución, escribieron los nombres de las niñas en sus brazos y les colocaron placas de identificación para facilitar su localización en caso de separación. “Las ventanas temblaban por los truenos. Los relámpagos eran como una película; nunca había visto algo así”, recordó Silvana.
Durante toda la madrugada y parte del día siguiente, se mantuvieron junto a las niñas, brindándoles apoyo emocional y asegurando su seguridad física. La evacuación comenzó el viernes por la noche, utilizando botes, camiones militares y helicópteros para trasladar a las personas a lugares seguros.
Un desenlace esperanzador
Mientras los rescatistas continuaban su labor, las autoridades confirmaron la cifra oficial de 104 personas fallecidas en la región afectada, siendo Camp Mystic uno de los lugares más golpeados. Inicialmente, se reportaron 27 niñas desaparecidas, pero dos de ellas fueron encontradas a salvo más tarde en un campamento cercano.
“El río seguía creciendo y vimos restos flotando: muebles, árboles, incluso partes de otros campamentos”, relató María Paula. Ambas jóvenes reconocieron que no entendieron la magnitud del desastre hasta que abordaron los vehículos del ejército para evacuar.
Conmovida, Silvana expresó su gratitud por el rescate de la mayoría de las niñas. “Damos gracias a Dios por estar bien y por el rescate de la mayoría de las niñas”, dijo. “Por supuesto, rezamos por las que siguen desaparecidas”, añadió.