El salvadoreño Kilmar Abrego García fue liberado este viernes de una cárcel en Nashville, Tennessee, mientras enfrenta dos procesos legales que podrían determinar su futuro en Estados Unidos. Abrego, quien estuvo casi tres meses en prisión en El Salvador por un “error” administrativo, ahora espera un juicio federal por tráfico de personas y un proceso de deportación.
La situación de Abrego comenzó en marzo pasado cuando el gobierno del entonces presidente Donald Trump lo deportó, a pesar de que un juez de migración había permitido su permanencia en el país mientras revisaba su caso. Según sus abogados, esta liberación marca un nuevo capítulo en una saga legal que ha captado la atención de medios y defensores de derechos humanos.
Reacciones y acusaciones
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, se pronunció fuertemente contra la liberación de Abrego, calificándolo de “monstruo” y afirmando que su libertad es una falta de respeto a la seguridad de los ciudadanos americanos. Noem subrayó que el gobierno tiene evidencias que respaldan las acusaciones en su contra.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) formuló cargos contra Abrego por presunto tráfico humano después de que una orden judicial obligara al gobierno a traerlo de regreso a Norteamérica. Su abogado defensor, Sean Hecker, argumentó que esta situación es resultado de una “arremetida vengativa” del gobierno contra su cliente, quien ha estado luchando por su derecho a un debido proceso.
Contexto legal y defensa
La defensa de Abrego ha solicitado a la corte de Tennessee desestimar las acusaciones por persecución política, presentando una denuncia de Erez Reuveni, un exfiscal del DOJ, quien asegura haber sido despedido por negarse a participar en la persecución del salvadoreño. En este contexto, Hecker resaltó que el caso ha adquirido tal notoriedad que el juez Waverly Crenshaw ordenó al gobierno moderar sus comentarios públicos para garantizar un juicio justo.
Los abogados de Abrego, quien ha residido en Maryland por más de una década junto a su esposa e hijos, han denunciado comentarios incendiarios por parte de Noem, describiendo a su cliente como un “criminal peligroso” sin las pruebas adecuadas. Por su parte, la defensa ha subrayado que tales afirmaciones podrían influir negativamente en el jurado.
El caso de Abrego ha resonado en el debate sobre los derechos de los migrantes, especialmente en el contexto de la administración Trump, que ha sido criticada por su trato a los inmigrantes. Abrego fue encarcelado en una prisión de máxima seguridad en El Salvador, junto a otros migrantes, lo que ha puesto de relieve las prácticas de deportación masiva y los abusos documentados por organizaciones defensoras de derechos humanos.
La situación de Abrego continúa desarrollándose, y su futuro legal dependerá de los resultados de los juicios que enfrentará en libertad, un proceso que muchos observadores consideran emblemático de las tensiones actuales en torno a la inmigración en Estados Unidos.