La Casa Blanca reafirmó este jueves la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en relación con el caso del fallecido millonario Jeffrey Epstein, acusado de múltiples delitos de pederastia. En un contexto marcado por la presión creciente de los seguidores del mandatario, la portavoz Karoline Leavitt defendió que Trump ha sido “transparente” en su gestión sobre el asunto. Esto ocurre en medio de demandas para que el Gobierno publique una lista que supuestamente detalla a los clientes de Epstein.
Durante una rueda de prensa, Leavitt destacó que la fiscal general, Pam Bondi, junto al director y subdirector del FBI, Kash Patel y Dan Bongino, respectivamente, invirtieron varios meses revisando archivos relacionados con Epstein. Aseguró que sus conclusiones, presentadas recientemente, confirman que el financiero no contaba con una lista de clientes y que su muerte fue un suicidio en prisión en agosto de 2019. Esta versión ha generado un descontento notable entre los simpatizantes del movimiento MAGA (Make America Great Again), quienes sostienen teorías conspirativas sobre la implicación de figuras poderosas en el caso.
En respuesta a las inquietudes sobre la falta de transparencia, Leavitt afirmó: “El presidente ha sido transparente. Ha cumplido sus promesas al pueblo estadounidense, pero no le gusta ver a los demócratas y a los grandes medios de comunicación cubrir esto como si fuera la noticia más importante que preocupa al pueblo estadounidense.” Además, enfatizó que Trump ha instado a las autoridades a que cualquier evidencia nueva creíble sea compartida con la nación, lo que busca desmarcar cualquier ruptura entre el mandatario y sus bases.
Mientras tanto, en un giro adicional de la historia, Trump anunció su intención de demandar al Wall Street Journal, a su empresa matriz News Corp y a su propietario, Rupert Murdoch, por la divulgación de lo que el presidente calificó de contenido “obsceno” de una supuesta carta enviada a Epstein. En un mensaje a través de su red social Truth Social, Trump señaló que la carta es fraudulenta y que la prensa debe aprender a ser veraz en su cobertura.
El contenido de esta carta se hizo público justo antes de la declaración de Trump, en un artículo del Wall Street Journal que detalla que la exasistenta de Epstein, Ghislaine Maxwell, quien está cumpliendo una condena de 20 años por complicidad con el magnate, había recopilado cartas de Trump y otros asociados para un álbum de cumpleaños en 2003. El medio describe que una de estas cartas incluye un dibujo de una mujer desnuda, supuestamente realizado por Trump, con su firma ubicada “bajo la cintura de la mujer, imitando el vello púbico”. Este detalle ha generado aún más controversia en la opinión pública.
El artículo del WSJ también menciona que Trump negó ser el autor de la carta en una entrevista reciente y amenazó con acciones legales si la publicación continuaba adelante con la historia. Este nuevo episodio se produce en un momento en que el escándalo de Epstein vuelve a ocupar un lugar central en las discusiones políticas en Estados Unidos, después de que el FBI y el Departamento de Justicia concluyeron que no existía una lista de clientes famosos que Epstein chantajeaba.
A pesar de las afirmaciones de las autoridades, los seguidores más fervientes de Trump continúan mostrando descontento, ya que se había prometido “revelar la verdad” sobre el caso antes del inicio de la administración actual. Así, el escándalo de Epstein no solo resuena en el ámbito judicial y mediático, sino que también se convierte en un tema candente en la esfera política, afectando la imagen de Trump y su relación con su base de apoyo.
A medida que la situación se desarrolla, queda claro que el caso Epstein seguirá siendo una fuente de controversia y debate en el panorama político estadounidense, especialmente con la proximidad de elecciones que podrían influir en la narrativa del presidente y su gobierno.
