En México y en diversas partes del mundo, el café es más que una simple bebida; es un ritual diario que acompaña a millones de personas en su rutina. Desde la primera luz del día hasta las largas jornadas laborales, es común asociar una taza de café con un impulso de energía vital. Sin embargo, la divulgadora científica Sandra Ortonobes, conocida popularmente como La Hiperactina, ha ofrecido una perspectiva que desafía esta percepción tan arraigada.
Para muchos, el café se convierte en el remedio inmediato contra el cansancio. Cuando la somnolencia parece vencer, servir una taza de café es una acción casi automática. Pero, ¿qué hay detrás de esta costumbre? Ortonobes aclara que la creencia de que el café proporciona energía real es un engaño. La ciencia revela que, en lugar de energizarnos, el café simplemente bloquea las señales naturales de cansancio en el cerebro.
La experta explica que, cuando se consume café, la cafeína se une a los receptores de adenosina en el cerebro. Esta molécula, que se acumula a lo largo del día, es responsable de inducir el sueño y avisar al organismo sobre la necesidad de descanso. Al interferir con esta función, la cafeína evita que el cerebro perciba la fatiga, lo que genera una sensación de alerta y energía, aunque en realidad el cuerpo sigue agotado.
“El café no despierta, engaña al cerebro”, afirma Ortonobes.
Este efecto de la cafeína crea una falsa sensación de concentración y vitalidad. No obstante, cuando el efecto de la cafeína desaparece, a menudo se experimenta un “bajón” que se manifiesta en mayor cansancio y falta de enfoque. Por lo tanto, aunque el café puede ofrecer un alivio momentáneo, no reemplaza el descanso verdadero ni recupera la energía perdida.
La explicación detrás de este fenómeno está en la estructura química de la cafeína, que es muy similar a la de la adenosina. Esta similitud permite a la cafeína ocupar los receptores de adenosina en el cerebro, bloqueando su función natural. Además, el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación (Eufic) destaca que la cafeína también estimula la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, que contribuyen a la sensación de alerta.
Aunque el consumo moderado de café, hasta cuatro tazas al día, puede ser parte de una dieta equilibrada y ofrecer algunos beneficios, Ortonobes advierte sobre los peligros de un uso excesivo. En este sentido, invita al público a reflexionar sobre sus hábitos: ¿eres más de “team café” o de “team siesta”?
La experta enfatiza que, a pesar de los efectos estimulantes del café, el descanso sigue siendo insustituible para la verdadera recuperación del organismo. Así, se plantea un debate sobre cómo equilibrar el consumo de esta popular bebida con la necesidad de un descanso adecuado. La cultura del café está profundamente arraigada en la vida diaria de muchas personas, y aunque puede ofrecer un impulso temporal, es fundamental recordar que la energía real solo se encuentra en el descanso.
En conclusión, el café tiene un papel importante en la rutina de muchos, pero es esencial entender que no es un sustituto del descanso. Conociendo cómo funciona la cafeína en nuestro cuerpo, podemos tomar decisiones más informadas sobre su consumo y su impacto en nuestra salud y bienestar.