La tensión en Israel se intensifica con la inminente visita del presidente estadounidense Donald Trump, programada para mañana. Este viaje coincide con un momento crítico en el que se espera que el grupo terrorista Hamas libere a 48 rehenes, tanto vivos como muertos, como parte de un acuerdo previo. Esta situación se desarrolla en un contexto de gran volatilidad regional.
Un rehén liberado tras casi 500 días de cautiverio expresó su ansiedad al afirmar repetidamente que se siente “tranquilo”, aunque su mirada evasiva delata su verdadero estado emocional. La cuenta regresiva para el acuerdo entre Israel y Hamas ha comenzado, y las Fuerzas de Defensa de Israel ya están retirándose hacia una línea demarcada acordada. Según fuentes, “Nadie entra a Gaza, eso está cerradísimo”.
Trump llegará al aeropuerto Ben Gurion a las 9:20 de la mañana, donde se llevará a cabo una breve ceremonia oficial antes de dirigirse al Knéset, el Parlamento israelí. Allí, se reunirá con el primer ministro Benjamin Netanyahu y posteriormente tendrán un encuentro con las familias de los rehenes en el Salón Chagall. El discurso de Trump, programado para las 11, será uno de los momentos culminantes de su visita, que no superará las cuatro horas.
Tras su estancia en Israel, el presidente estadounidense volará a Sharm el Sheij, en Egipto, para una cumbre que contará con la participación de más de 20 líderes mundiales. El objetivo principal de esta reunión es firmar un acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza y establezca una nueva etapa de estabilidad en Oriente Medio. Sin embargo, ni Israel ni Hamas estarán presentes en esta cumbre.
El acuerdo de intercambio contempla la liberación de los rehenes a cambio de la excarcelación de cerca de 2,000 prisioneros palestinos. Hamas ha asegurado que comenzará a liberar a los cautivos mañana por la mañana, en una operación coordinada por la Cruz Roja Internacional. El Servicio Penitenciario de Israel ha confirmado el traslado de 250 prisioneros palestinos a las cárceles de Ofer y Ketziot, donde permanecerán hasta que se reciba la orden de proceder con el intercambio.
A pesar de que el acuerdo establece que todos los rehenes deben ser entregados antes de las 12:30 del lunes, hay incertidumbre sobre si se podrán recuperar todos los cuerpos de aquellos que han fallecido. La angustia entre las familias de los rehenes es palpable, y muchos temen la posibilidad de no poder recuperar los restos de sus seres queridos, lo que es especialmente doloroso en la tradición judía.
En la Plaza de los Rehenes, el dolor y la esperanza se entrelazan. Ruby Chen, madre de un rehén fallecido, ha expresado su preocupación por la posibilidad de que no se recupere el cuerpo de su hijo. “Estoy feliz por las familias que abrazarán a sus seres queridos, pero con el peso de la pérdida”, declaró. La situación actual recuerda el conflicto de 2014, donde muchos cuerpos no fueron repatriados.
El plan de Trump no solo incluye el intercambio de rehenes, sino también la retirada gradual de las fuerzas israelíes de Gaza, que serían reemplazadas por una fuerza multinacional. Además, se contempla la reconstrucción de la región y la creación de una nueva administración en Gaza, con el ex primer ministro británico Tony Blair propuesto como líder interino.
Mientras el cese al fuego permite que decenas de miles de desplazados regresen a sus hogares, la devastación en Gaza es evidente y la crisis humanitaria es cada vez más apremiante. Se espera que en las próximas horas comiencen los envíos de ayuda organizados por la ONU, que incluyen una cantidad significativa de víveres y suministros médicos.
Las próximas 24 horas son cruciales. Las familias de los rehenes enfrentan una mezcla de esperanza y temor, conscientes de que el desenlace de este proceso podría abrir la puerta a otro capítulo doloroso relacionado con los testimonios de aquellos que han sobrevivido a la experiencia del cautiverio.
