El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló este lunes que el país tendrá su propia inteligencia artificial (IA), que será integrada en el sistema educativo a partir del nuevo ciclo escolar 2025-2026. Durante su visita a una escuela, Maduro enfatizó la importancia de que los estudiantes comprendan qué es la IA y cómo utilizarla adecuadamente.
La visión de una IA soberana
“Venezuela pronto va a tener su propia inteligencia artificial, soberana, nacional, venezolana, articulada por el mundo, pero alimentada por nosotros”, declaró el mandatario, aunque no proporcionó detalles específicos sobre cuándo estará disponible esta tecnología ni para qué se utilizará. Esta declaración se da en un contexto donde el gobierno busca fortalecer la educación tecnológica en el país.
En noviembre del año pasado, Maduro hizo un llamado a actuar en el ámbito educativo para que Venezuela pueda “manejar” la IA al “máximo nivel”, estableciendo alianzas con “aliados estratégicos” como Rusia y China, naciones con experiencia en este campo. Según el presidente, las tecnologías y la inteligencia artificial deben estar presentes en todas las carreras universitarias, destacando su relevancia en áreas como la medicina, la ingeniería, el diseño y las ciencias políticas.
Colaboraciones internacionales
Un hito en este proceso fue la firma de un memorando de entendimiento en julio con la empresa china iFlytek para el desarrollo conjunto de tecnologías de IA, lo que, según Maduro, representa una entrada “por la puerta grande” de Venezuela en el ámbito de la inteligencia artificial. Este tipo de iniciativas reflejan la intención del gobierno de actualizar y modernizar el sistema educativo, aunque la incertidumbre sobre los plazos y aplicaciones prácticas aún persiste.
La realidad es que la implementación de la IA en la educación puede ser un doble filo: por un lado, abre posibilidades para una formación más avanzada; por otro, plantea retos significativos en infraestructura y capacitación docente. En un país marcado por crisis económicas y sociales, la pregunta es si estas promesas se traducirán en realidades tangibles para los estudiantes venezolanos.