En Moldavia, la sociedad civil ha demostrado su capacidad para resistir las injerencias electorales provenientes de Rusia. Esta afirmación fue realizada por Matteo Pugliese, analista de Debunk.org, durante una entrevista con EL PERIÓDICO, tras los resultados de las elecciones legislativas celebradas el pasado domingo en Chisinau, la capital del país.
Los resultados preliminares indican que el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), fundado por la actual presidenta Maia Sandu, obtuvo el 50,16 % de los votos, asegurando así 55 de los 101 escaños del Parlamento. En contraste, el Bloque Electoral Patriótico, que promueve la cercanía con Moscú, se quedó con el 24,2 % de los votos, representando 26 diputados en la asamblea legislativa.
Pugliese destacó que los medios independientes jugaron un papel crucial al exponer las numerosas noticias falsas y las diversas tácticas de interferencia, como hackeos a instituciones estatales y intentos de compra de votos. “Los moldavos han comprendido que todo esto era parte de una estrategia”, señaló el analista.
Además, otros tres partidos con posturas diversas sobre la integración europea lograron representación, pero no alteraron la mayoría absoluta del PAS, lo que permitirá a la formación proeuropea avanzar en su agenda durante los próximos cinco años. “El pueblo de Moldavia ha hablado y su mensaje es claro: elige democracia, reforma y un futuro europeo, ante la presión de Rusia”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
La presidenta Sandu, al evaluar los resultados, expresó su satisfacción, aunque subrayó la necesidad de reformas para evitar futuras injerencias. “Nuestras instituciones son más resilientes, pero aún queda mucho por hacer”, advirtió, enfatizando la importancia de fortalecer el sistema judicial para combatir la compra de votos.
Asimismo, la mandataria alertó a sus socios europeos sobre la posibilidad de que las interferencias rusas en la política moldava continúen. Desde su independencia de la URSS en 1991, Moldavia ha estado en el punto de mira del Kremlin. Una de las estrategias que podría utilizar Rusia incluye la compra de diputados del PAS, aunque Pugliese considera que es una opción complicada, dado que en la legislatura anterior solo dos parlamentarios abandonaron el partido.
Otra vía de interferencia podría ser a través de la Iglesia Ortodoxa Moldava, que está vinculada al Patriarcado de Moscú. Recientemente, se informó que sacerdotes ortodoxos habrían viajado a Rusia con gastos pagados, donde recibieron incentivos económicos para promover un mensaje contra un gobierno prooccidental al regresar a Moldavia.
En el contexto electoral, el líder del Bloque Electoral Patriótico, Igor Dodon, se autoproclamó vencedor antes de las elecciones y ha anunciado acciones legales por presunto fraude. Tras la jornada electoral, sus partidarios se manifestaron frente al Parlamento, donde exigieron justicia y gritaron consignas patrióticas. Sin embargo, se reportó que algunos manifestantes habían sido transportados desde la región de Gagauzia, predominantemente pro-rusa, y que se les prometió dinero por su participación.
Así, Moldavia enfrenta un panorama electoral complejo, en el que la lucha por la soberanía y la integridad democrática se mantiene en el centro del debate político.
