Al menos 17 reclusos han perdido la vida tras un violento motín ocurrido en la prisión de Esmeraldas, Ecuador, el jueves 25 de septiembre. Este evento, caracterizado por la brutalidad, incluyó casos de decapitaciones y mutilaciones entre los internos.
Los enfrentamientos se desataron entre bandas de narcotraficantes, marcando el segundo motín letal en una cárcel ecuatoriana en pocos días. Desde 2021, la cifra de reclusos asesinados en el país asciende a aproximadamente 500, un reflejo de la creciente violencia en el sistema penitenciario.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran cuerpos sin vida esparcidos en el suelo, con al menos dos reclusos decapitados y muchos más con heridas de arma blanca. Fuentes indican que decenas de familiares se congregaron en las afueras del centro penitenciario, ansiosos por recibir noticias de sus seres queridos.
Una mujer, que prefirió no ser identificada, compartió su angustia con la AFP: “Hay mujeres aquí que preguntan por sus familiares desde las 5:30 de la mañana”. Ella se dirigió a la prisión después de recibir avisos de personas cercanas que escucharon disparos y gritos durante el motín.
Las autoridades penitenciarias, representadas por el SNAI, han incrementado el número oficial de muertos, aunque la cifra exacta podría ser mayor. En un incidente anterior, el lunes, 13 reclusos y un guardia perdieron la vida en el suroeste de Ecuador, donde los prisioneros usaron armas y explosivos, permitiendo que algunos escaparan.
Estos hechos subrayan la crítica situación del sistema penitenciario en Ecuador, donde la violencia entre bandas criminales ha alcanzado niveles alarmantes.