El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha aceptado el plan de paz de 20 puntos propuesto por Donald Trump para Gaza, diseñado para poner fin al conflicto con Hamás. Este anuncio se realizó en Washington y establece un alto al fuego inmediato, la liberación de rehenes y la creación de un gobierno de transición sin participación del grupo islamista.
El plan, que no exige la evacuación de la población civil de Gaza, enfatiza que, si se acepta, la guerra debe concluir. Un aspecto crucial de la propuesta es la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás en un plazo de 72 horas, a cambio de la excarcelación de 250 palestinos condenados a cadena perpetua y de mil 700 detenidos tras los ataques del 7 de octubre de 2023.
En una conferencia conjunta, Trump declaró: “Creo que estamos más allá de muy cerca”, agregando que “la pelota está ahora del lado de Hamás“. Si el grupo islamista rechaza la propuesta, advirtió, Israel contará con el “respaldo total” de Washington para continuar su ofensiva militar.
Netanyahu fue claro al afirmar: “Si Hamás rechaza el plan o lo acepta solo para sabotearlo, Israel terminará el trabajo por sí mismo. Esto se hará por la vía fácil o por la difícil, pero se hará”. Esta declaración se produce en un contexto delicado para Israel, que enfrenta un creciente aislamiento internacional y una coalición de gobierno debilitada.
La Unión Europea recibió positivamente la propuesta, con el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, celebrando la iniciativa y llamando a “aprovechar el momento” para alcanzar la paz, subrayando que la solución de dos Estados “sigue siendo la única vía viable”.
El gobierno palestino en Cisjordania también aplaudió el plan y se comprometió a implementar reformas para facilitar su regreso a Gaza, incluidas nuevas elecciones y cambios en los libros escolares.
Sin embargo, la respuesta de Hamás aún es incierta. Según fuentes diplomáticas, negociadores han recibido la propuesta a través de Qatar y Egipto y están revisándola “de buena fe”. A pesar de esto, Hamás ha mostrado renuencia en el pasado a deponer las armas, algo que Netanyahu considera fundamental para una tregua duradera.
La reunión en la Casa Blanca también permitió a Netanyahu ofrecer una disculpa formal a Qatar por un ataque israelí del 9 de septiembre que resultó en la muerte accidental de un militar catarí. Este incidente tensó las relaciones con un aliado clave de Washington. Durante esta conversación, Trump la describió como “una llamada de corazón”, intentando calmar a los socios del Golfo, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que condenaron la acción israelí.
Pese al apoyo explícito de Netanyahu, la aceptación del plan representa un reto para el mandatario israelí, quien ha prometido a sus socios de ultraderecha mantener la presión militar hasta eliminar a Hamás. Al mismo tiempo, Trump reafirmó su oposición a cualquier intento de anexión israelí en Cisjordania, medida que, según la comunidad internacional, podría destruir las posibilidades de un acuerdo.
El desenlace de esta situación dependerá de la respuesta de Hamás, cuyo silencio mantiene en suspenso el futuro inmediato de Gaza. Mientras tanto, la propuesta de Trump brinda un respiro diplomático a Israel y reabre, al menos en teoría, la posibilidad de un proceso hacia la paz en Oriente Medio.