El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha emitido una advertencia significativa en respuesta al creciente reconocimiento mundial del Estado palestino. En un contexto de creciente aislamiento diplomático, Netanyahu ha declarado que Israel podría considerar la anexión de Cisjordania ocupada, una medida que contaría con el respaldo del presidente estadounidense Donald Trump.
Durante la reunión semanal de su gabinete, Netanyahu calificó los reconocimientos de varios países como una “propaganda calumniosa”. Además, argumentó que la creación de un Estado palestino representaría una amenaza para la existencia de Israel y sería un “premio absurdo para el terrorismo”. Aunque no especificó las acciones que tomará, afirmó que la comunidad internacional “nos escuchará sobre este asunto en los próximos días”.
La presión interna en Israel está aumentando, ya que los aliados de Netanyahu, especialmente del sector más radical, lo instan a anexar toda Cisjordania y desmantelar la Autoridad Palestina. Ministros como Bezalel Smotrich y Itamar Ben Gvir han exigido que se tomen medidas drásticas en la próxima sesión de gobierno, sugiriendo que duplicar los asentamientos judíos en Cisjordania podría ser parte de la respuesta de Israel.
Por otra parte, el reconocimiento del Estado palestino por parte de naciones como el Reino Unido, Canadá, Australia, Francia y Portugal ha provocado una fuerte reacción del gobierno israelí. Este considera que tales decisiones están motivadas por intereses políticos internos y no contribuyen a una solución real al conflicto. El único apoyo sólido que recibe Israel proviene de Estados Unidos, donde la administración Trump ha manifestado su respaldo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ha intentado convencer a otros países de que el reconocimiento de Palestina es contraproducente, pero hasta ahora, no ha logrado cambiar la postura de ninguna nación.
Las perspectivas para la solución de dos Estados parecen más distantes que nunca. A medida que Israel intensifica su ofensiva militar en Gaza y expande los asentamientos en Cisjordania, muchos interpretan estas acciones como intentos deliberados de bloquear cualquier posibilidad de paz. El líder de la oposición, Yair Lapid, ha criticado fuertemente al gobierno de Netanyahu, acusándolo de provocar “la crisis diplomática más severa de la historia” y de haber causado “el peor desastre de seguridad”.
