El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, vivió un momento complicado durante su intervención en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 26 de septiembre. Su discurso fue marcado por la salida de decenas de delegados que abandonaron la sala en señal de protesta, dejando muchas filas vacías mientras Netanyahu defendía la ofensiva militar en Gaza.
La situación se tornó aún más tensa con abucheos y gritos de protesta, lo que dejó al líder israelí hablando prácticamente solo ante un público reducido de representantes de menor rango. La retirada de los delegados fue vista por Hamás como un reflejo del “aislamiento internacional” de Israel. Un portavoz de la organización aseveró que Netanyahu debería estar “en prisión por crímenes de guerra” en lugar de hablar en la ONU.
Este aislamiento se ve acentuado por la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, quien es acusado de ser responsable de ataques dirigidos a civiles palestinos. A su vez, la Unión Europea está considerando implementar sanciones comerciales en respuesta a la prolongada guerra que está a punto de cumplir su tercer año.
Netanyahu, en su discurso, rechazó la creación de un Estado palestino, comparando esta idea con “dar un Estado a Al Qaeda” tras los ataques del 11 de septiembre. Afirmó que un Estado palestino sería un “suicidio nacional” para Israel y reiteró su compromiso de “terminar el trabajo” contra Hamás, a pesar de la creciente presión internacional para un alto al fuego.
El primer ministro también dirigió críticas hacia aquellos países que recientemente reconocieron a Palestina como Estado, incluidos Reino Unido, Canadá, Francia y Australia, advirtiendo que sus decisiones “vergonzosas” alentarían el terrorismo contra judíos y personas inocentes en todo el mundo.
En un intento de reforzar su mensaje, Netanyahu utilizó un pin con un código QR que llevaba a un sitio con información sobre el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Este símbolo fue replicado por su delegación como parte de una estrategia de diplomacia pública. Además, presumió de “victorias estratégicas” en la región, mencionando ataques al programa nuclear de Irán y la eliminación del líder de Hezbolá, Hasan Nasralá. Aseguró que su mensaje fue transmitido a través de altavoces dentro de Gaza, aunque no se pudo verificar esta afirmación.
Con un tono desafiante, Netanyahu concluyó su discurso acusando a sus críticos de antisemitismo y afirmando que Israel “no cederá” ante la presión internacional.