El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha marcado un punto de no retorno al firmar un plan de asentamientos en Cisjordania que contempla la construcción de más de 3,000 viviendas, un proyecto que dividiría el enclave palestino en dos, separándolo de Jerusalén Este. Durante un evento en el asentamiento de Maale Adumim, Netanyahu declaró: “Dijimos que no habrá un Estado palestino y, de hecho, no habrá un Estado palestino. Este lugar nos pertenece”.
Detalles del plan y sus implicaciones
El acuerdo, conocido como E1, fue firmado por Netanyahu y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. Este controvertido proyecto abarca aproximadamente 12 kilómetros cuadrados y tiene como objetivo conectar Jerusalén Este con el asentamiento de Maale Adumim. El plan busca duplicar la población de este asentamiento, con la expectativa de que hasta 35,000 nuevos residentes se establezcan en los próximos años.
La decisión de Netanyahu se considera un paso que podría agravar aún más las tensas relaciones con sus aliados internacionales. Esto ocurre solo dos días después de un ataque israelí contra dirigentes de Hamás en Qatar, que recibió una fuerte condena a nivel global. La reanudación de este proyecto de asentamientos podría aislar a Israel, ya que algunos de sus aliados occidentales han expresado su frustración por la prolongación del conflicto en Gaza.
Reacciones internacionales y posibles consecuencias
Frente a la situación, se ha informado que algunos países, entre ellos Francia, podrían formalizar el reconocimiento de un Estado palestino en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas. Este anuncio podría ser un nuevo desafío para Netanyahu, quien ha dejado claro su desdén por la posibilidad de un Estado palestino, argumentando que crearlo sería “recompensar al terrorismo”.
La realidad es que el conflicto entre israelíes y palestinos continúa siendo un tema candente en la política internacional, y las acciones de Netanyahu alimentan las tensiones en la región. Este tipo de decisiones no solo impactan a los habitantes de Cisjordania, sino que también generan repercusiones en las relaciones diplomáticas de Israel con el resto del mundo.
