Nueva York recordó este jueves a las cerca de tres mil víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y del atentado de 1993 al World Trade Center en una ceremonia solemne reservada para familiares y autoridades. Durante el acto, se leyeron los nombres de los fallecidos y se guardaron varios minutos de silencio en su memoria.
El Memorial del 11S, que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la ciudad, incluye los dos estanques en el sitio donde se encontraban las Torres Gemelas y un museo. Sin embargo, estuvo cerrado al público debido a estrictas medidas de seguridad, con un notable despliegue de agentes vigilando calles y azoteas cercanas.
Un homenaje marcado por la tragedia
La ceremonia comenzó puntualmente a las 08:46, momento exacto del impacto del primer avión contra una de las torres. Aunque se esperaba la presencia del vicepresidente JD Vance y su esposa, cambiaron sus planes para trasladarse a Utah tras el asesinato del comentarista conservador Charlie Kirk. El expresidente Donald Trump no asistió al acto en Nueva York, aunque participó en una conmemoración en el Pentágono y más tarde iría a un partido de los Yankees.
Entre los representantes institucionales que asistieron se encontraban la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul; el alcalde Eric Adams; el director del FBI, Kash Patel; y los exalcaldes Michael Bloomberg y Rudy Giuliani. También estuvieron presentes los candidatos a la alcaldía para las elecciones del 5 de noviembre, Zohran Mamdani (demócrata) y Andrew Cuomo (independiente).
Reflejos de memoria y respeto
Fuera del memorial, la ciudad continuaba su rutina habitual, con turistas y curiosos observando con respeto el One World Trade Center y el centro comercial Oculus. Este último proyecta dos columnas de luz natural cada 11 de septiembre por la mañana y, por la noche, se encienden haces de luz artificial que son visibles desde distintos puntos de la ciudad.
Los homenajes también incluyeron a los bomberos caídos, quienes se unieron a un minuto de silencio a las 08:46. Además de las víctimas directas de los atentados, es importante mencionar que miles de personas han perdido la vida posteriormente debido a enfermedades relacionadas con la contaminación generada por los escombros de aquel fatídico día.
Así, Nueva York se detiene cada año para recordar y honrar a aquellos que perdieron la vida en uno de los episodios más oscuros de su historia, reafirmando el compromiso de la ciudad con la memoria y la resiliencia.
