En un emocionante encuentro celebrado en San Antonio, Texas, el equipo de Pachuca se coronó campeón de campeones del fútbol femenino mexicano tras vencer a Monterrey por un ajustado 0-1. El único gol del partido fue anotado por la delantera Nina Nicosia, quien se volvió la figura clave del encuentro y llevó a su equipo a un nuevo título, ampliando así el mal momento de las jugadoras dirigidas por la costarricense Amelia Valverde.
El partido comenzó con un Pachuca sólido, que mostró su dominio desde el primer minuto. La sociedad ofensiva entre Nicosia y Charlyn Corral generó varias oportunidades de gol, aunque el equipo careció de puntería en los primeros 45 minutos, lo que pudo haber ampliado el marcador a su favor. Las Tuzas, como se les conoce, se mostraron decididas, pero las fallas en la definición se hicieron evidentes.
La segunda mitad inició con un juego más físico, donde ambos equipos intercambiaron faltas. Sin embargo, fue Pachuca quien logró tomar el control del partido nuevamente. En el minuto 53, Nicosia recibió el balón dentro del área, se deshizo de sus marcadoras y, con un potente remate de pierna zurda, abrió el marcador para su equipo. Este gol no solo significó la ventaja, sino que también subrayó la calidad de la jugadora en momentos decisivos.
Valverde, consciente de la necesidad de cambios, realizó ajustes tácticos en el minuto 72, intentando revitalizar el ataque de Monterrey. A pesar de sus esfuerzos, las Tuzas mantuvieron un control sólido del juego, e incluso estuvieron cerca de aumentar la ventaja con otro remate de Nicosia en el minuto 86, que se fue desviado.
Con este triunfo, Pachuca se llevó su primer título de campeón de campeones, un reconocimiento que se otorga al mejor equipo de la temporada, y que ha sido ganado anteriormente por Tigres en tres ocasiones y por Guadalajara en una. Esta victoria también significó la tercera derrota de Monterrey en igual número de enfrentamientos por este prestigioso trofeo, lo que añade presión al equipo en busca de recuperar la senda del triunfo.
La noche fue histórica para Pachuca, no solo por el título, sino por la manera en que lo lograron, dejando en evidencia su capacidad para competir al más alto nivel. La afición, que se desplazó hasta San Antonio, celebró con entusiasmo este logro, colocando a Pachuca en el mapa del fútbol femenino mexicano como un equipo a seguir en las próximas temporadas.
