En medio de una desaceleración económica global y un panorama comercial incierto, la Secretaría de Hacienda ha estimado un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de entre 1.8 y 2.8 por ciento para el Paquete Económico 2026. Este pronóstico revela un optimismo sobre el desempeño de la economía mexicana para el próximo año, pero surge la pregunta: ¿realmente este paquete tiene el potencial de detonar mayores niveles de crecimiento?
Desafíos fiscales y gasto en infraestructura
La consolidación fiscal se presenta como uno de los grandes retos de las finanzas públicas actuales. A pesar de las proyecciones, el nivel de ambición se ha visto reducido debido al contexto económico. Se prevé que el déficit de los Requerimientos Financieros del Sector Público -la expresión más amplia del balance fiscal- disminuya del 4.3 por ciento estimado para este año a 4.1 por ciento el próximo. En contraste, los Pre-Criterios publicados en abril habían anticipado un rango de 3.2 a 3.5 por ciento para 2026.
A pesar de las restricciones presupuestales, el gasto en infraestructura física se prevé que alcance 960.1 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento real del 10 por ciento en comparación con 2025. Esta cifra resulta alentadora en un contexto donde la inversión en el país ha disminuido: en junio se registró una caída del 6.8 por ciento en comparación con el año anterior y un 1.4 por ciento en relación con mayo.
Inversiones en el sector energético y sus limitaciones
El Paquete Económico incluye 104.6 mil millones de pesos para proyectos de nuevos trenes, así como 30 mil millones de pesos para concluir el Tren Maya y 7.4 mil millones de pesos para el Tren Interurbano México-Toluca. Sin embargo, a pesar de estas inversiones, se hace evidente la falta de modernización en puertos y aeropuertos, salvo por el Corredor Interoceánico.
En el sector energético, Pemex recibirá 247.2 mil millones de pesos para inversiones, mientras que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) contará con 61.1 mil millones de pesos. Según el Plan Estratégico de Pemex, 2026 será el último año en que el Gobierno Federal aportará recursos para cubrir obligaciones financieras de la empresa. Se propone que la Secretaría de Energía transfiera 263.5 mil millones de pesos en el transcurso del próximo año.
Sin embargo, la viabilidad de que Pemex sea financieramente independiente del Estado a partir de 2027 dependerá, en gran medida, de las inversiones que realice. Los 247.2 mil millones de pesos asignados para 2026 son considerablemente bajos en comparación con las cifras de inversión de años anteriores, como los 383.6 mil millones de pesos de 2024 y los 483.6 mil millones de pesos de 2022.
La situación en la CFE es similar, ya que los 61.1 mil millones de pesos asignados son insuficientes para cumplir con los objetivos de inversión planteados en el Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional 2025–2030. En este sentido, se destaca que la CFE debería invertir 27.3 mil millones de pesos anuales en infraestructura de transmisión, pero el proyecto presupuestario solo contempla 10.3 mil millones de pesos.
Para que las proyecciones económicas de la Secretaría de Hacienda se materialicen, es vital que los proyectos de inversión del gobierno logren atraer y complementarse con nueva inversión privada. Lamentablemente, la incertidumbre jurídica derivada de la reciente reforma judicial se configura como un obstáculo que podría limitar la inversión del sector privado en áreas clave, comenzando por el sector energético. Este es el verdadero elefante en la habitación del Paquete Económico.
— El autor es Oscar Ocampo (@OscarOcampo), director de Desarrollo Económico de IMCO.