La Policía Metropolitana de Londres ha reportado la detención de 442 manifestantes durante una nueva protesta contra la ilegalización de la organización Palestine Action, la cual fue prohibida tras una acción de protesta en una base militar. Este evento se llevó a cabo el sábado y ha generado también manifestaciones en otras ciudades europeas como Dublín y Roma.
Hasta las 18:30 horas, los agentes confirmaron el arresto de 442 individuos por mostrar apoyo a esta organización que ha sido declarada proscrita. Entre los detenidos, se encontraban seis personas que fueron arrestadas al intentar colgar una pancarta en el puente de Westminster. La policía explicó que un grupo alternativo se reunió en Whitehall, donde bloquearon la carretera antes de dirigirse a Trafalgar Square y luego a la plaza del Parlamento, donde se llevaron a cabo más intervenciones policiales.
La mayoría de los arrestos ocurrieron en Trafalgar Square, donde los manifestantes alzaron pancartas en respaldo a Palestine Action. Entre los detenidos había personas mayores, incluyendo a Mike Higgins, de 62 años, quien es ciego y se desplaza en silla de ruedas. En declaraciones a Sky News, Higgins afirmó: “Vamos a ganar esta batalla sea como sea. No cabe duda. El problema para mí es que quiero ganarla ya para poner fin al sufrimiento en Palestina”.
En Whitehall, la policía instó a los manifestantes a disolverse, argumentando que su congregación violaba la Ley de Orden Público. Los agentes pidieron a los manifestantes que se dirigieran a Richmond Terrace, manteniendo su presencia en la zona para hacer cumplir las medidas. La organización que convocó la protesta, Defendamos a Nuestros Jurados, informó sobre la participación de agentes del Servicio de Policía de Irlanda del Norte en Londres, quienes también realizaron arrestos.
El apoyo o la pertenencia a Palestine Action se considera un delito con penas que pueden alcanzar hasta 14 años de prisión. Los abogados de la organización han argumentado que esta ilegalización es un “abuso autoritario” del poder. La decisión de ilegalizar el grupo fue impulsada por el Gobierno de Keir Starmer tras un incidente en el que varios activistas vandalizaron aviones militares en una base aérea, causando daños estimados en 7 millones de libras.
En otras ciudades europeas también se llevaron a cabo protestas pro-palestinas. En Dublín, miles de personas marcharon por el centro de la ciudad exigiendo al Gobierno que imponga sanciones a Israel. La Campaña de Solidaridad Irlanda-Palestina (CSIP) organizó su decimoséptima manifestación, finalizando frente al Parlamento con reclamos sobre las muertes en Gaza y la intercepción de la “Global Sumud Flotilla”. Zoe Lawlor, presidenta de la CSIP, criticó la complicidad de Irlanda en este conflicto.
En Roma, se estima que un millón de personas participaron en las manifestaciones, convocadas por organizaciones pro-palestinas y sindicatos. Los organizadores destacaron la unidad de Italia en apoyo a la resistencia palestina, aunque al finalizar la marcha, se reportaron disturbios entre activistas encapuchados y las fuerzas policiales. Los enfrentamientos dejaron incidentes donde se lanzaron petardos y botellas, y la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes.
La primera ministra italiana, Georgia Meloni, condenó el ataque a una estatua de Juan Pablo II durante las protestas, argumentando que quienes buscan la paz deberían respetar la memoria de aquellos que han trabajado por ella.
