Teherán y Moscú están en la mira internacional tras las recientes conversaciones entre Vladimir Putin y Masud Pezeshkian sobre el programa nuclear iraní. Este lunes, los presidentes abordaron la situación del polémico programa justo antes de que Irán reinicie negociaciones en Ginebra con Francia, Reino Unido y Alemania.
La reunión se da en un contexto de tensión, ya que estos países europeos han amenazado con restablecer sanciones a Irán si no se logran acuerdos concretos. Estas sanciones, levantadas en su momento bajo el acuerdo nuclear de 2015, buscan limitar el programa nuclear iraní a fines civiles y asegurar la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Reacciones de Irán y la postura de Rusia
La presidencia iraní ha declarado que Pezeshkian agradeció a Putin por su apoyo al “derecho al enriquecimiento” de uranio, subrayando que Irán “no busca, ni buscará jamás, fabricar armas nucleares”. A pesar de esto, las preocupaciones persisten, especialmente por parte de Israel y naciones occidentales que temen que Teherán esté intentando desarrollar un arsenal atómico.
Es interesante notar que Rusia ha estrechado lazos con Irán desde el inicio de su ofensiva en Ucrania, defendiendo públicamente el derecho de Irán a utilizar energía nuclear con fines pacíficos. Este apoyo se alinea con la estrategia de Irán de coordinar su posición con aliados como Rusia y China antes de discusiones clave con Occidente.
Historia y contexto de las negociaciones
El acuerdo nuclear de 2015, que implicaba un control sobre las actividades nucleares de Irán a cambio del levantamiento de sanciones internacionales, quedó severamente debilitado tras la salida unilateral de Estados Unidos en 2018 durante la presidencia de Donald Trump. Desde entonces, Irán ha comenzado a incumplir varios de los compromisos adquiridos, especialmente en lo que respecta al enriquecimiento de uranio.
En un giro reciente, Irán suspendió la cooperación con el OIEA tras una confrontación de 12 días con Israel, argumentando que la agencia no condenó adecuadamente los ataques aéreos contra sus instalaciones nucleares. Esta situación ha complicado aún más las perspectivas de un acuerdo duradero y seguro en la región.
Así, la atención mundial se centra en las negociaciones que se llevarán a cabo en Ginebra, donde se espera que las potencias europeas y Teherán discutan un camino a seguir en medio de un ambiente de creciente tensión y desconfianza.
