Las fuerzas rusas llevaron a cabo un ataque masivo durante la noche del sábado al domingo, utilizando misiles hipersónicos Kinzhal y drones dirigidos a diversas instalaciones del complejo militar-industrial de Ucrania, según lo informado por el Ministerio de Defensa de Rusia. Este ataque también alcanzó infraestructuras energéticas y de gas que suministran a las fuerzas militares ucranianas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que, a pesar de la llegada de drones a las fuerzas armadas de Ucrania, la falta de personal es un obstáculo significativo para su capacidad de combate. En un informe militar, se reveló que el ejército ucraniano sufrió la pérdida de aproximadamente 1,300 soldados y 11 unidades de equipo blindado en un solo día.
Este ataque se produce en un momento crítico para el Ejército de Ucrania, que enfrenta desafíos significativos en su capacidad operativa. Según Putin, las reservas de las Fuerzas Armadas de Ucrania están disminuyendo drásticamente. “Las unidades listas para el combate se encuentran en no más del 47-48 % de su capacidad”, indicó el mandatario ruso, describiendo la situación como “al borde mismo de lo crítico”.
En días anteriores, las fuerzas rusas también habían atacado infraestructuras de transporte y sitios de almacenamiento de drones, intensificando la presión sobre el ejército ucraniano en un contexto de creciente tensión bélica. Este panorama resalta la escalada del conflicto y los esfuerzos rusos por debilitar las capacidades defensivas de Ucrania.
