El Burevestnik, un misil de crucero propulsado por energía nuclear desarrollado por Rusia, ha sido probado exitosamente, según anunció el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, en una presentación ante el presidente Vladimir Putin.
Este armamento, conocido como “Skyfall” por la OTAN, fue revelado por primera vez en 2018. Según las autoridades rusas, el Burevestnik representa un avance significativo en comparación con los sistemas de defensa convencionales, gracias a su reactor nuclear que teóricamente le permite alcanzar un rango ilimitado y volar a baja altitud durante extensos periodos, evadiendo así los radares.
Durante la presentación, Gerasimov destacó que la prueba implicó un vuelo de varias horas, cubriendo más de 14.000 kilómetros, lo que, según él, no es el límite del misil.
A pesar de las afirmaciones de Rusia, expertos de occidente han cuestionado la validez de los ensayos anteriores del Burevestnik, destacando que solo dos de los 13 intentos realizados desde 2016 tuvieron éxito parcial. Además, un accidente en 2019 resultó en la muerte de cinco ingenieros nucleares y un aumento de la radiación en la región del Mar Blanco, lo que generó preocupación internacional.
Putin, en su discurso, recordó que los analistas inicialmente consideraron el desarrollo de tal armamento como algo poco realista. Sin embargo, tras la prueba reciente, afirmó que se han superado las críticas y que se han logrado los objetivos fundamentales, aunque aún queda trabajo por hacer para su implementación en combate.
Respecto al funcionamiento del Burevestnik, se especula que su diseño es similar al programa estadounidense Supersonic Low-Altitude Missile (SLAM), que buscaba desarrollar un misil de crucero intercontinental propulsado por energía nuclear en los años sesenta. Este misil utilizaría un pequeño reactor nuclear para calentar aire y generar impulso, a diferencia de un motor a reacción convencional.
Se estima que el Burevestnik tiene una longitud de 12 metros, que se reduce a 9 metros al desprenderse del cohete propulsor. Su velocidad podría estar en el rango subsonico alto, aunque algunos expertos sugieren que podría alcanzar velocidades supersónicas bajas. Sin embargo, las afirmaciones de Putin sobre la capacidad del misil para alcanzar velocidades hipersónicas son vistas con escepticismo.
El International Institute of Strategic Studies ha indicado que el Burevestnik podría tener un alcance entre 10.000 y 20.000 kilómetros, lo que le permitiría ser lanzado desde cualquier punto en Rusia y alcanzar objetivos en el territorio continental de Estados Unidos.
A pesar de su potencial, el Burevestnik ha sido catalogado como un arma del apocalipsis, y su viabilidad estratégica sigue siendo objeto de debate en círculos militares. Un informe de 2021 del Centro Nacional de Inteligencia Aérea y Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos concluyó que un misil de este tipo otorgaría a Rusia una capacidad única de alcance intercontinental. Sin embargo, los desafíos técnicos y las preocupaciones sobre la seguridad de su uso son aspectos críticos que la comunidad internacional sigue evaluando.
En paralelo, Putin supervisó pruebas de las fuerzas nucleares estratégicas rusas, que incluyeron lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales, reafirmando que la modernización de estas fuerzas está en su nivel más alto.
































































