La obispa Sarah Mullally ha sido elegida como la primera mujer en la historia para ocupar el cargo de arzobispo de Canterbury. Este importante puesto la convierte en la líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra y primada de la comunión anglicana, que agrupa alrededor de 95 millones de creyentes en aproximadamente 165 países.
La elección de Mullally se realizó el pasado viernes y su confirmación oficial está programada para enero. Ella sucederá a Justin Welby, quien anunció su dimisión en noviembre de 2024 tras recibir críticas por su manejo de un caso relacionado con abusos sexuales a menores.
Este nombramiento de Sarah Mullally marca un hito significativo en la historia de la Iglesia anglicana, ya que representa un avance en la inclusión de mujeres en roles de liderazgo dentro de instituciones religiosas tradicionalmente dominadas por hombres.
La nueva arzobispo ha sido reconocida por su compromiso con la comunidad y su trabajo en diversas causas sociales, lo que ha aumentado su popularidad entre los fieles. Su liderazgo será observado de cerca, especialmente en un momento en que la Iglesia enfrenta importantes desafíos y críticas.
La elección de una mujer para un cargo tan prominente es vista no solo como un cambio histórico, sino también como un paso hacia la modernización de la Iglesia anglicana, en un mundo donde la igualdad de género es cada vez más demandada.
