Un fuerte terremoto de magnitud 7.4 ha sacudido el sur de Filipinas, resultando en la muerte de seis personas. El movimiento telúrico tuvo lugar cerca de la ciudad de Manay, en la isla de Mindanao, según informes de las autoridades locales.
El sismo, que se registró a unos 20 kilómetros de Manay, provocó inicialmente alertas de tsunami en la región, las cuales fueron levantadas posteriormente. Esto ha causado una gran preocupación entre los residentes, que aún se recuperan de un terremoto anterior.
Este nuevo desastre ocurrió 11 días después de un terremoto de magnitud 6.9 que dejó un saldo trágico de 75 personas fallecidas y más de 1,200 heridos en la isla de Cebú, al norte de Mindanao. Las secuelas de ambos sismos han puesto a prueba la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia en el país.
Kent Simeon, un funcionario de rescate de la ciudad de Pantukan, reportó que tres mineros perdieron la vida cuando su túnel se colapsó debido al temblor. Este incidente resalta los peligros que enfrentan aquellos que trabajan en condiciones de riesgo, especialmente en áreas propensas a la actividad sísmica.
La situación en Filipinas es preocupante, ya que el país se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona conocida por su intensa actividad sísmica. Las autoridades locales están trabajando para evaluar los daños y proporcionar asistencia a los afectados por esta serie de terremotos.