Una intensa tormenta de nieve ha transformado una experiencia soñada en una realidad aterradora para cerca de mil personas en el Monte Everest. Este fin de semana, una fuerte nevada y ráfagas de viento azotaron la región del Tíbet, en el lado oriental de la montaña más alta del mundo, a más de 4,800 metros de altura. La emergencia se desató el viernes, cuando las nevadas colapsaron campamentos y tiendas de campaña, dejando a muchos excursionistas en condiciones críticas, con síntomas de hipotermia, según informes de medios internacionales.
Los equipos de rescate se encuentran en una carrera contrarreloj para salvar a los montañistas atrapados bajo condiciones extremas. El grupo Blue Sky Rescue del Tíbet logró evacuar a aproximadamente 350 personas, pero cientos más siguen atrapados en el frío y la nieve, reportó la BBC.
Dificultades en las labores de rescate complican la situación, ya que la altitud y el terreno abrupto hacen que el acceso a las áreas afectadas sea extremadamente difícil. Ante la gravedad de la situación, la Compañía de Turismo del Condado de Tingri ha decidido suspender temporalmente la venta de entradas para escalar el Everest, buscando evitar más riesgos mientras se estabiliza la emergencia.
El Everest, que se eleva a 8,848 metros, es un destino codiciado por escaladores de todo el mundo, pero su ascenso presenta numerosos peligros. La “zona de la muerte”, que se encuentra por encima de los 8,000 metros, es conocida por sus condiciones extremas que pueden resultar mortales en cuestión de minutos.
Desde hace años, especialistas han advertido sobre los riesgos derivados del turismo de aventura masivo, que frecuentemente sobrepasa los límites físicos y logísticos de la montaña. En 2023, un trágico incidente resultó en la desaparición de una pareja de escaladores en la cima, tras el colapso de una cresta de hielo.
En respuesta a estas tragedias, Nepal ha implementado nuevas regulaciones que limitan la cantidad de permisos para escalar el Everest, con el objetivo de reducir la saturación y mejorar la seguridad en la montaña. Sin embargo, los efectos de la tormenta no se limitaron al Everest, ya que Nepal y la India también enfrentaron deslizamientos de tierra y inundaciones repentinas. En Nepal, al menos 47 personas han perdido la vida, y en India se han reportado nueve fallecidos arrastrados por las aguas.