Un trágico suceso ha conmocionado a la sociedad peruana tras la muerte de una niña de 13 años, quien falleció poco después de dar a luz en su hogar en un pequeño pueblo del departamento andino de Huánuco. La menor, víctima de una presunta violación sexual, no recibió atención médica durante el parto, lo que ha llevado a organizaciones de derechos humanos a exigir medidas urgentes y efectivas para prevenir situaciones similares.
Según un comunicado emitido por la organización feminista Flora Tristán, el lamentable hecho ocurrió el 1 de agosto en el distrito de Panao, en la provincia de Pachitea. La niña dio a luz en condiciones precarias y, tras el parto, perdió el conocimiento y fue encontrada sin vida dos horas más tarde. La madre de la menor relató a la prensa que no hubo asistencia médica, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de las jóvenes en situaciones de riesgo.
El caso ha propiciado una oleada de indignación en las redes sociales, donde se ha denunciado la falta de apoyo y protección para las víctimas de violencia sexual en Perú. “Cada año, miles de niñas y adolescentes en el país enfrentan embarazos forzados producto de la violencia. La falta de prevención de este crimen y las barreras para el acceso al aborto terapéutico impacta directamente en la vida de las más vulnerables”, señaló Flora Tristán en su comunicado.
La situación es aún más alarmante si se considera que, según datos de la organización, muchos de estos embarazos son el resultado de agresiones sexuales que quedan impunes. En este contexto, la necesidad de políticas diferenciadas para la atención de víctimas de violencia sexual y la sanción de los agresores se vuelve urgente. “Es fundamental superar las barreras para el acceso al aborto terapéutico en Perú”, añadió la organización, enfatizando que la vida y la salud de las niñas deben ser prioridades en las políticas públicas.
Al día siguiente de la tragedia, el cuerpo de la menor fue trasladado a la morgue de Huánuco para realizar la necropsia correspondiente. Mientras tanto, el Ministerio Público ha tomado cartas en el asunto. La Fiscalía Penal Corporativa de Pachitea ha iniciado una investigación para esclarecer cómo la menor quedó embarazada y si efectivamente fue víctima de violencia sexual. Personal fiscal, sanitario y policías se presentaron en la vivienda rural para recabar información y testimonios que ayuden a esclarecer el caso.
Este caso pone de manifiesto la grave crisis de atención y protección de los derechos de las niñas y adolescentes en Perú. La combinación de factores como la falta de acceso a servicios de salud apropiados, el estigma social hacia las víctimas de violencia y la insuficiencia de políticas efectivas para prevenir y sancionar la violencia sexual son elementos que, en conjunto, perpetúan una situación de riesgo para las más jóvenes.
El clamor por justicia y cambios en el sistema se hace cada vez más fuerte. Organizaciones como Flora Tristán están alzando la voz para que no se repitan tragedias como la de esta niña de 13 años. A través de campañas en redes sociales y movilizaciones, buscan visibilizar la problemática y presionar a las autoridades para que actúen de manera responsable y efectiva ante estas situaciones.
Las palabras de Flora Tristán resuenan con claridad: “#SonNiñasNoMadres”, un llamado a la sociedad para reconocer la realidad de muchas menores que, por diversas circunstancias, se ven obligadas a asumir roles que no les corresponden. En este contexto, la atención a la salud sexual y reproductiva, así como la educación integral en temas de prevención de violencia, se presentan como pilares fundamentales para construir un futuro más seguro para las niñas y adolescentes en Perú y en toda América Latina.