El accidente del vuelo AI171 de Air India, que se estrelló el pasado 12 de junio poco después de despegar de Ahmedabad con destino a Londres, ha dejado un profundo impacto en la comunidad aeronáutica y en las familias de las víctimas. A medida que avanza la investigación, surgen detalles inquietantes sobre las circunstancias que rodearon esta tragedia, que cobró la vida de 260 personas, incluyendo a 241 pasajeros y 19 personas en tierra.
Según un informe preliminar publicado por el periódico británico The Independent, se sugiere que ambos motores del Boeing 787 dejaron de funcionar casi simultáneamente cuando los controles de combustible fueron colocados en modo “apagado”. Este suceso ocurrió poco después de las 13:37, hora local, en un día despejado, cuando el avión comenzó a perder potencia tras alzar el vuelo. La tragedia culminó cuando la aeronave impactó contra un edificio de una facultad de medicina, causando devastación y un único sobreviviente entre los pasajeros.
En medio de la conmoción, se han desatado debates sobre las posibles causas del accidente. Una grabación de la cabina revela un intercambio inquietante entre los pilotos, donde uno pregunta: “¿Por qué lo desconectaste?” y el otro responde: “¡Yo no lo hice!”, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la responsabilidad de cada uno en la tragedia. La Asociación de Pilotos de Aerolíneas de la India ha exigido una investigación imparcial que incluya la participación de los representantes del gremio, argumentando que “los pilotos deben tener voz en el proceso”, según su presidente, Sam Thomas.
Perfiles de los pilotos
El capitán Sumeet Sabharwal, de 56 años, era un piloto experimentado con más de 15 mil horas de vuelo. Con una carrera que comenzó en los años 90, había estado volando para Air India desde 1994 y era conocido por entrenar a nuevos copilotos. Su vida personal también estaba marcada por una profunda conexión familiar, ya que planeaba cuidar de su padre de 88 años tras su inminente jubilación. Antes de su vuelo, hizo una promesa a su padre: “Te llamo cuando llegue a Londres”, una llamada que nunca llegó a realizar.
Por su parte, el copiloto Clive Kunder, de 32 años, había forjado una carrera prometedora en la aviación, tras unirse a Air India en 2017. Con más de 3 mil 400 horas de vuelo y una inminente boda en el horizonte, su pérdida ha dejado un vacío en su comunidad y en su familia, que recuerda su pasión por volar. Durante su funeral, una amiga de la universidad compartió: “Clive no nos ha dejado. Solo está volando más alto”.
Investigaciones y controversias
A medida que se desarrollan las investigaciones, los familiares de las víctimas y el sindicato de pilotos han manifestado su preocupación por un posible sesgo en el análisis, que podría inclinarse hacia un error humano o una falla técnica. La firma de abogados londinense Stewarts ha indicado que “los pilotos no eran conscientes de que se había cortado el combustible”, sugiriendo que no actuaron intencionadamente. Este argumento se respalda en el hecho de que Air India no realizó inspecciones recomendadas en 2018 por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) respecto a un posible defecto en el mecanismo de bloqueo de los interruptores de combustible.
El CEO de Air India, Campbell Wilson, confirmó que ambos pilotos habían pasado satisfactoriamente las pruebas médicas y de alcoholemia antes del vuelo. Sin embargo, las últimas palabras grabadas por la caja negra del avión anticipaban el desastre: “No se logró la propulsión… caemos… ¡Mayday! ¡Mayday! ¡Mayday!” El informe preliminar confirma que los motores del avión se apagaron poco después de que los interruptores de combustible fueron manipulados, lo que ha generado nuevos interrogantes sobre la seguridad y el mantenimiento de la aeronave.
Con cada nuevo detalle que emerge, la comunidad y los seres queridos de las víctimas esperan respuestas sobre lo ocurrido aquel fatídico día. Mientras tanto, la memoria de los pilotos y pasajeros continúa viva en quienes los conocieron, quienes claman por justicia y claridad en un proceso que, hasta el momento, está envuelto en incertidumbre.