Tras el sobrevuelo de aviones militares venezolanos sobre un buque de guerra estadounidense en el Caribe, el presidente Donald Trump lanzó una advertencia contundente al gobierno de Nicolás Maduro: “Si nos ponen en una situación peligrosa, (sus aviones) serán derribados”. Esta declaración se emitió desde la Casa Blanca el pasado viernes.
Autorización militar y despliegue de aeronaves
De acuerdo con Trump, el Ejército de Estados Unidos cuenta con la autorización para derribar aviones venezolanos si los comandantes lo consideran necesario. “Si (los aviones) vuelan en una posición peligrosa, (los mandos estadounidenses) pueden tomar las decisiones que crean adecuadas”, reiteró el presidente durante una conferencia. Esta advertencia se da en un marco de creciente tensión entre ambos países, especialmente tras el reciente despliegue de 10 aviones F-35 a Puerto Rico.
Trump, al ser cuestionado sobre si deseaba un cambio de régimen en Caracas, evitó la respuesta directa, limitándose a mencionar que “no queremos drogas que matan a nuestra gente”, en referencia a la ofensiva estadounidense contra el narcotráfico proveniente de Venezuela.
Incidentes recientes y la postura de Maduro
El pasado martes, fuerzas estadounidenses lanzaron un misil contra una embarcación que supuestamente transportaba drogas, resultando en la muerte de 11 “narcoterroristas”, según las palabras de Trump. Este ataque subraya la tensión existente y la postura agresiva de la administración estadounidense hacia Maduro, a quien acusan de dirigir una extensa red de narcotráfico. En este contexto, la recompensa por la captura de Maduro se elevó a 50 millones de dólares.
Por su parte, Nicolás Maduro, en un evento con militares en Caracas, afirmó que “ninguna de las diferencias” que su gobierno tiene con Estados Unidos justifica un conflicto militar, marcando una clara línea de defensa ante las amenazas de la administración Trump.
La situación sigue siendo volátil, y el enfoque de ambos líderes en sus respectivas narrativas podría intensificar aún más las tensiones en la región. La realidad es que la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos y su posible impacto en la seguridad y estabilidad de América Latina.
