El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el 20 de septiembre que su administración exige la recuperación de la base aérea de Bagram, que actualmente está bajo el control de los talibanes en Afganistán. Este mensaje fue publicado en su cuenta de Truth, donde advirtió: “Si Afganistán no devuelve la base aérea de Bagram a quienes la construyeron, Estados Unidos, ¡VAN A SUCEDER COSAS MALAS!”.
La base de Bagram, situada a 44 kilómetros al norte de Kabul, fue la principal instalación militar estadounidense en Afganistán durante más de 20 años y es considerada una de las más grandes del mundo. Desempeñó un papel fundamental en las operaciones de Estados Unidos y la OTAN hasta la retirada de las tropas en 2021, que se realizó bajo el mandato del expresidente Joe Biden.
Trump ha enfatizado la importancia estratégica de esta base, señalando que se encuentra a solo una hora de las instalaciones donde China produce armas nucleares. Según el South China Morning Post, esta cercanía convierte a Bagram en un punto clave para la seguridad y defensa de Estados Unidos en la región.
Desde la salida de las fuerzas estadounidenses, la base quedó bajo el control del Ministerio de Defensa afgano, ahora dirigido por los talibanes. Trump argumenta que la recuperación de Bagram es esencial tanto por motivos de seguridad como por la necesidad de colaborar con funcionarios afganos. Sin embargo, hasta el momento, no se han hecho públicos detalles específicos sobre el estado de las negociaciones o las condiciones que los talibanes establecerían para permitir un regreso estadounidense.
Las autoridades afganas han desmentido las afirmaciones de Trump sobre un supuesto control chino sobre la base. En un contexto internacional, China ha advertido que un regreso de tropas estadounidenses podría aumentar la tensión regional y complicar la estabilidad en Asia Central.
Expertos en asuntos internacionales sostienen que la recuperación de al menos una presencia limitada en Bagram podría ser crucial para contrarrestar la influencia de China y otros actores en Afganistán. No obstante, cualquier intento de restablecer una presencia militar enfrentará grandes desafíos diplomáticos y logísticos, considerando la compleja situación política y militar en el país tras la retirada de las fuerzas estadounidenses.
La base de Bagram sigue siendo un activo estratégico en la región, y la decisión de Estados Unidos sobre su recuperación podría redefinir la dinámica geopolítica en Asia Central, marcando un nuevo capítulo en las relaciones con Afganistán y China. Por ahora, Trump mantiene una postura firme, dejando en claro que la base continúa siendo un tema prioritario en su agenda internacional.
