El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado una ofensiva naval sin precedentes en un intento por acabar con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Esta operación, que forma parte de la denominada “Fase 2” de su estrategia, tiene como objetivo desmantelar las organizaciones criminales involucradas en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
La situación en Venezuela se ha deteriorado bajo el liderazgo de Maduro, quien ha consolidado un régimen autoritario y ha sido acusado de violaciones a los derechos humanos y de colaborar con el Cartel de los Soles. La movilización militar, que incluye tres buques de asalto, aviones de combate F-35B, aeronaves de patrulla P-8 y drones MQ-9, se ha intensificado con la llegada inminente del portaaviones Gerald Ford frente a las costas venezolanas.
El portavoz del Pentágono, Sam Parnell, destacó que la misión de esta ofensiva es desarticular las organizaciones criminales transnacionales y combatir el narcoterrorismo en defensa de la soberanía estadounidense. A pesar de los esfuerzos del régimen venezolano por establecer un canal de diálogo con la Casa Blanca, Trump ha rechazado cualquier propuesta que no incluya la renuncia de Maduro y su salida del país.
Trump mencionó que Maduro le ha ofrecido diversas concesiones para evitar un conflicto directo, pero dejó claro que no está dispuesto a aceptar su permanencia en el poder. En palabras del presidente estadounidense, la presión sobre Caracas se mantendrá hasta que se produzca un cambio significativo en el liderazgo venezolano.
Desde la Casa Blanca, se comunicó a Infobae que Trump no retrocederá en su estrategia naval, subrayando que su intención es frenar el tráfico de fentanilo y facilitar una transición hacia la democracia en Venezuela. Trump ha señalado que se están tomando medidas para controlar el tráfico de drogas por tierra, además de los esfuerzos actuales en el mar.
Dos figuras clave en el gobierno estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio y el subdirector de Gabinete Stephen Miller, son los únicos que conocen a fondo los planes de Trump para derrocar a Maduro. En una reciente entrevista, Miller describió a los narcotraficantes como terroristas que deben ser eliminados.
A diferencia de intervenciones pasadas en países como Libia y Afganistán, Venezuela cuenta con un presidente electo, Edmundo González Urrutia, y el respaldo de la política de María Corina Machado, quien ha sido reconocida con el Premio Nobel de la Paz por su resistencia ante el régimen de Maduro. Esto ofrece a Estados Unidos una oportunidad única para facilitar una transición democrática sin el riesgo de un vacío de poder.
La situación continúa evolucionando y la presión sobre Maduro se intensifica, con la mirada del mundo puesta en cómo se desarrollará esta compleja crisis política en Venezuela.
































































