En un giro inesperado de los acontecimientos políticos, Tulsi Gabbard, actual directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, ha lanzado serias acusaciones contra el expresidente Barack Obama. Durante una aparición en el programa “Hannity”, Gabbard afirmó que Obama fabricó información relacionada con la supuesta colusión entre Donald Trump y Rusia, con el fin de perjudicar al magnate en las elecciones presidenciales de 2016.
Gabbard sostuvo que la narrativa de la colusión fue parte de un esfuerzo deliberado para “subvertir la voluntad del pueblo estadounidense”. Este señalamiento no solo pone en tela de juicio la integridad del proceso electoral de aquel entonces, sino que también abre un debate sobre la política de inteligencia en el país. La funcionaria desclasificó un informe sobre la supuesta manipulación por parte de la administración Obama, argumentando que existe “evidencia abrumadora” que respalda sus afirmaciones.
La directora de Inteligencia Nacional reveló que, tras la victoria de Trump sobre Hillary Clinton, el equipo de seguridad nacional de Obama, incluyendo a figuras prominentes como James Comey, John Brennan, James Clapper y Susan Rice, se unió para establecer las bases de lo que se convertiría en la prolongada investigación sobre la colusión entre Trump y Rusia. Según Gabbard, este grupo tomó una decisión consciente de crear una “pieza de inteligencia fabricada y politizada” con el objetivo de desacreditar al nuevo presidente.
En sus declaraciones, Gabbard enfatizó que el impacto de estas acciones no se limita a un debate partidista, sino que afecta la “integridad y la fuerza de nuestra república democrática”. Destacó que, a través de más de 100 documentos que desclasificó y publicó, se detalla la forma en que los líderes más poderosos del país, incluyendo a Obama, tomaron medidas que podrían haber comprometido la estabilidad política de Estados Unidos. “Estamos hablando de un golpe de años contra el presidente Trump”, afirmó Gabbard, dejando entrever la gravedad de la situación.
Además, la directora de Inteligencia Nacional cuestionó el costo de la investigación de Robert Mueller, que, según sus estimaciones, ascendió a casi $40 millones. Gabbard mencionó que esta investigación resultó en juicios interminables y ataques no solo contra Trump, sino también contra miembros de su familia, lo que aumentó las tensiones entre Estados Unidos y Rusia. “La lista de consecuencias sigue creciendo”, dijo, refiriéndose a las repercusiones de lo que considera una politización indebida de la inteligencia por parte de Obama y su gabinete.
Hasta el momento, ni Obama ni alguno de sus excolaboradores se han pronunciado sobre las acusaciones realizadas por Gabbard. Esta situación plantea interrogantes sobre la política de inteligencia en Estados Unidos y el uso de la información en contextos electorales, temas que sin duda continuarán generando debate en el ámbito político.