La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha dado un paso significativo en el desarrollo educativo y agrícola de la región, al inaugurar la carrera de Ingeniería Agronómica en la ciudad de Río Bravo. Esta nueva oferta académica, presentada por el rector Dámaso Anaya Alvarado durante una gira de trabajo, busca preparar a los estudiantes para enfrentar los retos del sector agrícola y contribuir al desarrollo sostenible de Tamaulipas.
Compromiso con el sector agrícola
El programa educativo, que tiene lugar en la Unidad Académica Multidisciplinaria Río Bravo, da la bienvenida a una nueva generación de 30 estudiantes que recibirán formación especializada. Esta carrera representa una oportunidad clave para vincular la educación con las necesidades reales del sector, ya que el rector Anaya Alvarado enfatizó la importancia de establecer relaciones sólidas con los productores locales.
Durante su visita, el rector mantuvo un encuentro con agricultores de algodón, ajonjolí, sorgo y maíz, lo que permitió identificar necesidades y oportunidades para integrar la formación académica con las demandas del campo tamaulipeco. Este enfoque colaborativo consolida a la UAT como un aliado estratégico en el desarrollo regional.
Mejoras en infraestructura y seguridad
La gira incluyó la inspección de la despepitadora de algodón y los cultivos de ajonjolí, donde se destacó la relevancia de la nueva carrera. La colaboración entre la universidad y el sector productivo es fundamental para garantizar que los futuros profesionistas puedan aplicar su conocimiento y aportar innovaciones que beneficien tanto al campo como a la economía local.
Además, junto al presidente municipal Miguel Ángel Almaraz Maldonado, el rector supervisó los avances en la obra de acceso vial hacia la unidad académica, lo que mejorará la conectividad y seguridad para estudiantes y docentes. Esta obra es un claro ejemplo de la colaboración institucional que busca beneficiar directamente a la comunidad educativa en Río Bravo.
La apertura de la carrera de agronomía en la UAT es, sin duda, un paso importante hacia un futuro más sostenible y próspero para el campo tamaulipeco, fortaleciendo el vínculo entre la academia y la producción agrícola.