Ucrania ha intensificado su ofensiva al lanzar un ataque contra el puerto de Primorsk, la mayor terminal petrolera de Rusia, lo que ha llevado a la suspensión de sus operaciones de carga. Este ataque, realizado con drones durante la noche, provocó un incendio significativo en la instalación, según la información proporcionada por la agencia de seguridad ucraniana SBU.
Impacto en la infraestructura energética rusa
Desde principios de agosto, las fuerzas ucranianas han aumentado sus ataques contra la infraestructura energética en Rusia, que incluye refinerías y oleoductos. Mientras tanto, las negociaciones de paz entre ambos países se encuentran en un punto muerto, así lo afirmó el gobierno ruso, generando un ambiente de creciente tensión.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha expresado su preocupación por las intenciones del presidente ruso, Vladimir Putin, quien busca expandir su control sobre el país vecino. En este contexto, el mandatario estadounidense, Donald Trump, ha manifestado su frustración con Putin, quien no ha mostrado disposición para retomar las negociaciones que podrían poner fin al conflicto.
Nuevas sanciones y respuesta del Reino Unido
El Reino Unido ha respondido a la situación con un paquete de más de un centenar de sanciones dirigidas a barcos, individuos y entidades que, según sus autoridades, facilitan el tránsito de petróleo y equipos militares hacia Rusia. La nueva ministra de Exteriores británica, Yvette Cooper, destacó que “Reino Unido no se quedará parado mientras Putin continúa con su bárbara invasión de Ucrania”.
Cooper calificó de “vital” que se sigan implementando medidas para aumentar la presión económica sobre Rusia y cortar el flujo de dinero que necesita desesperadamente para financiar su guerra ilegal. En este sentido, el embajador británico en Washington, Keir Starmer, lamentó la falta de avances hacia una resolución pacífica del conflicto, añadiendo a su lista negra a 70 buques vinculados a la ‘flota en la sombra’ rusa.
Por su parte, Zelenski agradeció las sanciones impuestas desde Londres, considerándolas un fuerte golpe a la flota en la sombra de Rusia y a sus cadenas de suministros militares. La situación en la región sigue siendo crítica, y los próximos días podrían ser determinantes para el futuro del conflicto.