El gobierno de Ucrania ha tomado la decisión de romper sus relaciones diplomáticas con Nicaragua, en respuesta a la reciente declaración de este país centroamericano que reconoce la “soberanía” rusa sobre territorios ucranianos. Esta acción fue anunciada por el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Andrii Sibiga, quien destacó que la postura de Nicaragua representa un intento deliberado de socavar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
Según Sibiga, tal acto constituye una grave violación de la Constitución de Ucrania, así como de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas fundamentales del derecho internacional. Los territorios en cuestión incluyen Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, Jersón y Crimea, todos ocupados por Rusia desde hace tiempo.
La ruptura de relaciones diplomáticas no implica necesariamente un conflicto armado, sino que representa una interrupción formal de la diplomacia entre ambas naciones. Este tipo de decisiones han ocurrido anteriormente en otros contextos, como cuando México decidió romper lazos con Ecuador tras un incidente en su embajada.
La guerra entre Rusia y Ucrania sigue activa, y las tensiones internacionales continúan en aumento. La reacción ucraniana frente al reconocimiento de Nicaragua es un claro indicativo de cómo el conflicto está afectando las relaciones diplomáticas en la región y más allá.
