Caracas ha denunciado un incidente grave que involucra a una embarcación de la Armada de Estados Unidos. El sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela informó que el buque pesquero Carmen Rosa, tripulado por nueve pescadores, fue asaltado y retenido durante ocho horas por el destructor estadounidense USS Jason Dunham.
Este asalto ocurrió en aguas que pertenecen a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Venezuela, específicamente a 48 millas náuticas al noreste de la Isla La Blanquilla. Según el comunicado oficial, el buque estadounidense estaba equipado con misiles de crucero y tripulado por marines altamente entrenados, lo que intensifica la preocupación sobre los motivos detrás de este acto.
Reacciones del Gobierno Venezolano
El gobierno venezolano ha calificado este incidente como una provocación que busca justificar una escalada bélica en la región, en el contexto de las tensiones crecientes entre Washington y Caracas. En su comunicado, se destaca que quienes dan las órdenes de estas acciones irresponsables están comprometidos con una política fracasada de cambio de régimen.
Además, Caracas condenó la conducta “bochornosa” de ciertos sectores políticos en Estados Unidos, que comprometen recursos militares de alto costo en acciones que ponen en riesgo la paz en el Caribe. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por su parte, registró el incidente con medios aéreos y navales y acompañó a los pescadores hasta su liberación.
Contexto Geopolítico
Este incidente se produce en un contexto de creciente militarización en la región, ya que el 19 de agosto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó el despliegue de tres buques con 4,000 soldados en el Caribe, cerca de Venezuela. Este despliegue militar se da en medio de la tensión entre ambos países, exacerbada por el anuncio de una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Nicolás Maduro, acusado por la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, de liderar una organización criminal conocida como el cartel de los Soles.
Venezuela ha solicitado el apoyo del secretario general de la ONU, António Guterres, ante lo que considera una amenaza inminente de Estados Unidos. En respuesta, el gobierno de Maduro ha movilizado milicianos y reforzado sus fronteras para hacer frente a cualquier intento de incursión estadounidense.
En este panorama, la situación en el Caribe continúa siendo tensa y se espera que las acciones de ambos gobiernos sigan generando repercusiones en la seguridad regional.