El artista y activista Enrique Chiu ha calificado como “absurdo” el plan de pintar de negro el muro fronterizo en Tijuana, Baja California, afirmando que esta medida no detendrá el cruce de migrantes y representa un acto de crueldad. En lugar de ver el arte como una forma de violencia, Chiu lo plantea como un medio de sanación y esperanza.
El Mural de la Hermandad y su impacto
Desde 2016, Chiu ha impulsado el Mural de la Hermandad, un proyecto binacional que ha reunido a más de 7,500 personas, entre artistas, familias, voluntarios y migrantes, transformando kilómetros del muro en un lienzo de unión. “El arte no hiere, sana. Pintar el muro de negro no es solución, es otra forma de violencia contra quienes huyen de la miseria y la guerra”, expresó el activista.
Chiu advirtió que continuarán interviniendo el muro con colores vibrantes y mensajes de paz, utilizando el arte como herramienta para resistir y visibilizar la realidad de los migrantes. “No cabe duda de que el arte tiene el poder de unir y de crear conciencia, es por eso que hacemos un llamado a la comunidad”, añadió.
Un llamado a la acción
Además, el activista convocó a organizaciones, instituciones y ciudadanos a multiplicar brigadas culturales en la frontera, creando nuevos murales y talleres con niños, jóvenes y familias en movilidad. Este esfuerzo busca establecer un espacio de resistencia pacífica, donde el arte se convierta en un símbolo de esperanza y solidaridad.
Chiu enfatiza que, en lugar de optar por medidas que perpetúan la violencia, es fundamental fomentar la creatividad y el diálogo a través del arte. “El muro debe ser un espacio de expresión, no de represión”, concluyó el artista, quien sigue luchando por un futuro donde la cultura y la inclusión sean lo primordial en la frontera.