El Zócalo de la Ciudad de México se ha transformado en un bullicioso mercado tras el desfile del Día de Muertos, donde comerciantes han establecido una romería que atrae a miles de visitantes. Este evento no solo celebra la rica tradición mexicana, sino que también ofrece una oportunidad única para que los emprendedores locales exhiban y vendan sus productos.
La romería: un espacio para la tradición y el comercio
Desde el 1 de noviembre, el corazón de la capital se llena de color y vida, con puestos que ofrecen desde artesanías hasta gastronomía típica. Los comerciantes, muchos de ellos provenientes de distintas partes del país, han encontrado en esta romería una forma de revivir las tradiciones mientras generan ingresos. “Es una oportunidad para que la gente conozca nuestras costumbres y, al mismo tiempo, podamos vender nuestras artesanías”, expresó María López, una de las vendedoras del lugar.
La mezcla de olores, sonidos y colores crea un ambiente vibrante que recuerda a las festividades familiares en los pueblos. Se pueden ver desde calaveritas de azúcar hasta impresionantes ofrendas que rinden homenaje a los seres queridos que han partido. Sin duda, el Zócalo se convierte en un punto de encuentro para quienes desean vivir la experiencia del Día de Muertos de una manera auténtica.
Impacto económico en la comunidad
Los comerciantes han reportado un aumento significativo en sus ventas, lo que demuestra la importancia de este tipo de eventos para la economía local. Según datos de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, se estima que la romería podría generar alrededor de 5 millones de pesos en ingresos durante los primeros días. Además, este fenómeno promueve el turismo, atrayendo tanto a nacionales como a extranjeros que buscan sumergirse en la cultura mexicana.
La romería en el Zócalo no sólo es una celebración de la muerte, es un recordatorio de la vida y las tradiciones que nos unen como nación. Con cada puesto, cada platillo y cada sonrisa, los comerciantes están tejiendo un nuevo capítulo en la historia de nuestras festividades. Por lo tanto, no cabe duda de que este evento se ha vuelto esencial en el calendario cultural de la Ciudad de México.