La reciente aparición del cuerpo sin vida de una mujer, oculto bajo un colchón en Misiones de San Francisco, ha encendido las alarmas en Coronango, un municipio que ha visto un alarmante aumento en la violencia bajo la gestión del edil Armando Aguirre. Este hallazgo, ocurrido el 2 de septiembre, se suma a una serie de sucesos violentos, incluyendo feminicidios y atentados, que han marcado la administración de Aguirre en sus apenas nueve meses de gobierno.
Un contexto de violencia creciente
El brutal asesinato de la mujer, descubierto por dos pepenadores que avisaron a las autoridades, refleja un patrón preocupante en una zona que ya ha sido escenario de actos extremos de violencia. En Coronango, el 30 de julio, un atentado contra agentes ministeriales con un coche bomba sacudió la región, dejando claro que la inseguridad se ha intensificado. Este ataque ocurrió en la junta auxiliar de San Martín Zoquiapan, donde un auto Honda rojo fue utilizado para emboscar a los efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública.
La situación se complicó aún más el 24 de junio, cuando tres cuerpos fueron hallados en un vehículo Nissan Versa gris en un terreno agrícola en la colindancia con San Lucas Nextetelco. Inicialmente, el Ayuntamiento trató de minimizar el suceso, calificándolo como un accidente vehicular; sin embargo, la Fiscalía General del Estado desmintió esta versión, confirmando que se trató de un triple homicidio.
Manifestaciones por la inseguridad
El aumento de la criminalidad ha llevado a los ciudadanos a exigir respuestas. Un robo a una familia de panaderos en su propia casa, donde fueron amarrados y golpeados, desató una manifestación el 7 de agosto. A pesar de la lluvia, los pobladores se congregaron afuera del Complejo de Seguridad de Coronango para exigir a Aguirre medidas efectivas contra la delincuencia.
El comisario de la Policía Municipal, David Vargas, se reunió con los manifestantes y acordaron establecer una mesa de trabajo con el edil. Sin embargo, durante esta reunión, los ciudadanos confrontaron a Aguirre, criticando su inacción ante la creciente ola de criminalidad. Los asistentes expusieron que la policía rara vez responde a sus llamados de ayuda, un hecho que resalta la desconfianza en las autoridades locales.
La realidad es que Coronango, bajo la dirección de Armando Aguirre, se ha convertido en un símbolo de la crisis de seguridad que afecta a muchos municipios del país. Con cada feminicidio y cada acto de violencia, la presión sobre su administración aumenta, poniendo en entredicho su capacidad para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
