La violencia en Amozoc ha cobrado un nuevo capítulo con la reciente emboscada perpetrada por Alexis N, conocido como ‘El Caras’, quien atacó a elementos de la Marina y de la Secretaría de Seguridad Pública, resultando en la muerte de uno de los delincuentes y dejando herido al teniente de Navío, José Luis Corrales.
Este ataque, que se produjo en el Barrio de San Miguel, es un claro mensaje de poder por parte de ‘El Caras’, un reclutador de jóvenes que busca reafirmar su dominio en la zona. Según fuentes policiales, el ataque fue orquestado tras su descubrimiento como el probable responsable de la desaparición de once jóvenes, quienes habrían sido reclutados para unirse a las filas del crimen organizado.
Un perfil delictivo en ascenso
Desde hace tiempo, ‘El Caras’ había estado operando en Amozoc bajo la sombra de otras organizaciones criminales, supuestamente con el apoyo de la Familia Michoacana. Sin embargo, su notoriedad creció significativamente después de que se hicieran públicas las desapariciones de los jóvenes, quienes fueron reclutados y sometidos a un proceso de entrenamiento.
La situación se tornó crítica, ya que el enfrentamiento con las autoridades no solo refleja la desesperación de ‘El Caras’ por mantener el control, sino también la fragilidad de las alianzas que había forjado con algunos mandos de seguridad. Es relevante señalar que este ataque se desató después de que se evidenciara una presunta colaboración entre ‘El Caras’ y ciertos elementos de seguridad, quienes comenzaron a realizar operativos en su territorio para desvincularse de él.
Un mensaje claro de violencia
El ataque armado tiene implicaciones profundas para la seguridad local y evidencia el creciente desafío que representa ‘El Caras’ para las autoridades. A medida que su influencia se expande, el temor entre los ciudadanos crece, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas en la región.
En conclusión, el reciente ataque de ‘El Caras’ es un recordatorio alarmante de los retos que enfrentan las autoridades en Amozoc, donde el control del crimen organizado sigue siendo un tema de preocupación constante. La comunidad observa con inquietud cómo este personaje se posiciona cada vez más como el nuevo líder delictivo en la plaza.
