El pasado 15 de septiembre, el tradicional Grito de Independencia resonó en el Zócalo de la Ciudad de México, donde la presidenta de la República hizo una aparición esperada por muchos. En un ambiente festivo, la multitud vitoreó su mensaje, marcado por la mención de Josefa Ortiz de Domínguez, figura emblemática de la lucha por la independencia.
Al pronunciar “¡Viva Josefa Ortiz Téllez–Girón!”, la presidenta parecía desafiar las normas de género en un contexto donde la voz femenina ha sido a menudo relegada. Este acto simbolizó un reconocimiento a las mujeres que, como las soldaderas, jugaron un papel crucial en la historia de México. Sin embargo, el contraste entre los gritos de celebración y la dura realidad de inseguridad y pobreza en el país es innegable.
La situación actual refleja una brecha cada vez más amplia entre lo que se proclama desde los balcones y lo que viven los ciudadanos en el día a día. En el ámbito deportivo, también se escuchan gritos que marcan el pulso de la afición. Ejemplos como el famoso “¡Siiiiuuuuu!” de Cristiano Ronaldo o el clásico “¡Gooooooooool!” de los cronistas deportivos son parte de nuestra cultura contemporánea.
En el fútbol americano, equipos como Indianapolis, San Francisco, Tampa y Arizona prometen dar batalla esta temporada. Mientras tanto, los Diablos Rojos celebran su bicampeonato tras vencer a los Charros de Jalisco, elevando su cuenta a 18 títulos en la historia del béisbol mexicano. Este triunfo resuena con la misma fuerza que los gritos de antaño, recordando la importancia de levantarse contra la opresión y la desigualdad.
La lucha por un México mejor continúa, con la esperanza de que cada grito, ya sea de celebración o de frustración, impulse cambios significativos. La historia nos enseña que el verdadero desafío es no solo recordar lo que se ha logrado, sino también actuar frente a las injusticias que persisten en nuestra sociedad.
— Mérida, Yucatán, 22 de septiembre de 2025
X (antes Twitter): @ydesdelabarrera
Otros textos del autor: Jesús Retana Vivanco: Setenta y nueve años, Jesús Retana Vivanco: Mañanera, Jesús Retana Vivanco: Excelente o indecente
