El Popocatépetl ha registrado un total de 55 exhalaciones en el último día, según los reportes diarios proporcionados por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la actualidad, el volcán, conocido también como Don Goyo, se encuentra en la fase amarilla 2 del Sistema de Alerta Volcánica que maneja el Cenapred junto con la UNAM. Por esta razón, se solicita a la población evitar acercarse al volcán, especialmente al cráter, debido al riesgo que representa la caída de fragmentos balísticos.
Las autoridades han advertido que, en caso de que se presenten lluvias en la zona del Popocatépetl, es crucial alejarse de los fondos de las barrancas, ya que esto podría conllevar peligros relacionados con flujos de lodo y escombros.
Se insta a la población a no prestar atención a rumores y a mantenerse informados a través de los canales oficiales de la Coordinación Nacional de Protección Civil, disponibles en www.gob.mx/cenapred y en Twitter como @CNPC_MX. Asimismo, el Cenapred ofrece líneas telefónicas para reportar emergencias vinculadas a la actividad volcánica: 800-713-4147 y 911.
La monitorización de la actividad del Popocatépetl se lleva a cabo mediante un sistema integral que incluye instrumentos sísmicos, cámaras de vigilancia y análisis químicos. En este contexto, los sismógrafos son esenciales para registrar los movimientos tectónicos y las vibraciones internas del volcán, permitiendo detectar temblores relacionados con la presión del magma en el subsuelo. Este tipo de actividad sísmica es clave para anticipar posibles erupciones, ya que un aumento en la frecuencia o intensidad de los sismos puede ser un indicativo de que el magma se está acercando a la superficie.
Las cámaras de vigilancia, tanto visuales como térmicas, permiten observar en tiempo real la emisión de gases, cenizas y material incandescente, lo que ayuda a detectar variaciones de temperatura en el cráter y sus alrededores, proporcionando información sobre la posible presencia de lava o cambios en la actividad eruptiva. Además, se realiza un monitoreo de los gases volcánicos utilizando espectrómetros para medir las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y otros compuestos químicos liberados durante la actividad magmática. Un incremento repentino en la emisión de gases puede ser un indicativo de que el magma está más cerca de la superficie.
El Sistema de Alerta Volcánica es fundamental para advertir sobre el peligro que representa un volcán activo como el Popocatépetl. Este sistema, que cuenta con tres colores —verde, amarillo y rojo—, permite clasificar la actividad del volcán y las fases de alerta. El color verde indica normalidad, el amarillo señala una actividad mayor y el rojo implica un peligro inminente, requiriendo preparación para la evacuación.
La fase amarilla se divide en tres etapas, donde la primera muestra manifestaciones claras de actividad, la segunda implica un incremento de actividad con explosiones esporádicas y la tercera indica actividad explosiva de escala intermedia a alta. En el color rojo, la fase uno implica actividad explosiva de alta intensidad, mientras que la fase dos señala actividad extrema que podría causar graves daños en las poblaciones cercanas.