El 10 de septiembre, un camión cisterna que transportaba gas LP volcó en la salida México-Puebla, a la altura del puente de La Concordia, en Iztapalapa. Este trágico accidente ha dejado hasta ahora un saldo de 29 personas fallecidas.
El vehículo, que se dirigía a la alcaldía de Tláhuac, derramó gas LP, generando un incendio devastador que consumió vehículos, estructuras y cobró la vida de quienes se encontraban en las cercanías. Inicialmente, se informó que la pipa había volcado y luego explotado, pero el profesor de química de la UNAM, Carlos Antonio Rius Alonso, aclaró que no hubo explosión como tal.
El profesor Rius explicó que el incidente se debió a una fuga del gas, que al entrar en contacto con el medio ambiente se enfrió y se dispersó, formando la nube blanca visible en videos e imágenes del suceso. “Bastó una chispa para que se diera el flamazo que todos confundimos con una explosión”, indicó el experto, quien añadió que las condiciones de la combustión fueron tales que había suficiente oxígeno para que se produjera el fuego, pero no se trató de una explosión masiva.
Según el análisis del profesor Rius, la fuga pudo haber generado una pluma de gas altamente inflamable a unos 120 metros del camión, y menos inflamable hasta aproximadamente 800 metros. Este fenómeno, y no una onda expansiva, fue lo que se dispersó a grandes distancias, causando que las llamas alcanzaran hasta 30 metros de altura. De haber sido una explosión, el resultado podría haber sido aún más devastador.
El 19 de septiembre, la cifra de víctimas fatales ascendería a 29, con una lista de personas que perdieron la vida en el accidente. Entre los fallecidos se encuentran nombres como Erick Vicente Acevedo Romero, Armando Barragán Ramírez, y varios más, cuyas vidas fueron truncadas en este trágico evento.
Las investigaciones continúan para esclarecer todos los detalles del accidente en el puente de La Concordia, uno de los más severos que ha enfrentado la Ciudad de México en los últimos años.